El taller de despalillo de tabaco Niñita Valdés, perteneciente a la Empresa de Acopio y Beneficio de Pinar del Río, fue el primero de Vueltabajo en recibir las bondades de un sistema de paneles fotovoltaicos, como garantía para mantener la producción en un centro en el cual se procesan cada año más de 125 toneladas de la aromática hoja, destinadas a la exportación.
Gabriel Rodríguez Acosta, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) a la que se subordina el establecimiento, recuerda que los frecuentes apagones, debido a la inestabilidad en el sistema eléctroenergético nacional, comprometían seriamente el trabajo.
«En una semana nos sucedía tres o cuatro veces, y en ocasiones duraban el día entero».
Como consecuencia de ello, precisa que se dejaban de entregar mensualmente entre seis y siete toneladas de tabaco de alta calidad.
Por otra parte, explica que debían pagarles el salario básico a los trabajadores por concepto de interrupción, aun cuando la producción estuviese detenida.
Sin embargo, con el montaje de los paneles, hace poco más de un año, el sombrío panorama en el centro cambió.
«Ya hoy esto no nos pasa, aunque se vaya la corriente, el flujo productivo continua».
La experiencia forma parte de las proyecciones del Grupo Empresarial Tabacuba, en aras de asegurar la vitalidad del sector mediante el uso de fuentes renovables de energía, fundamentalmente la fotovoltaica.
Marino Murillo Jorge, presidente de Tabacuba, en reciente vista de trabajo a la provincia, explicó que el cambio de matriz forma parte de las estrategias de desarrollo del Grupo, en aras de reducir paulatinamente el consumo de combustible y la dependencia del sistema eléctrico nacional.
En ese sentido, detalló que en un primer momento la prioridad está en las 36 fábricas que procesan el tabaco de exportación a lo largo de la Isla, y las escogidas y despalillos de Pinar del Río, un territorio que aporta entre el 60 y el 70