Alma Valenzuela explica su vida sin techo durante 36 meses en una rueda de prensa. Foto: LA Times.
Poco antes de la pandemia, Alma Valenzuela vivía en la casa de su hermano, pero al quedar sin empleo de asistente de enfermera y tras las quejas de los vecinos sobre su estancia extra en la propiedad, la señora tuvo que salir del lugar.
Valenzuela tuvo que recurrir a su auto como hogar, y si tenía suerte alguna amiga le brindaba apoyo a corto plazo. Muy pronto, el asfalto de Los Ángeles se convirtió en su cama durante casi tres años.
Valenzuela fue solo uno de los de giros inesperados que le da el alto costo de vida, así como los empleos inestables en California a miles de personas anualmente, especialmente el condado de Los Ángeles.
“Sin hogar no tienes cómo asearte, cómo hacer tus necesidades, ni cama, ni cocina… Literalmente solo tienes las calles peligrosas, lo que alimenta el crimen y empeora la salud mental”, dijo Valenzuela, quien junto a un puñado de activistas salió este pasado 5 de septiembre al lanzamiento de la campaña a favor de la Medida A, en North Hollywood.
Ante la creciente crisis de personas sin hogar en California, la Medida A- Ordenanza sobre servicios para personas sin hogar y vivienda asequible, ha surgido como una iniciativa que busca abordar uno de los problemas más urgentes en el condado de Los Ángeles.
A medida que el costo de la vivienda sigue aumentando y la población sin hogar crece, los líderes estatales y locales recurren a medidas para encontrar soluciones, pero muchas veces vienen con un precio.
La Medida A, que aparecerá en la boleta electoral de noviembre, es una iniciativa integral sobre la falta de vivienda que busca generar fondos para proporcionar viviendas permanentes y servicios para personas sin hogar. Esta se enfoca en ampliar las opciones de viviendas asequibles, aumentar la capacidad de los refugios y mejorar los servicios de salud mental y adicciones.
El plan propone recaudar miles de millones de dólares durante la próxima década a través