Otra vez quieren dividirnos, confundirnos, someternos. La intelectualidad cubana es heredera de una sólida tradición patriótica y cultural comprometida con la justicia social, educada en el estudio, pero también en las vivencias inigualables de una Revolución auténtica y victoriosa, acosada por el imperialismo estadounidense.
La cultura cubana se forjó en la manigua, en la lucha antimachadista, en la Sierra y el Llano, en Girón y en la alfabetización, en el internacionalismo militar y civil, en la construcción heroica de un mundo nuevo. Los tiempos difíciles definen a los pueblos, y marcan el carácter de las personas.
Ser valiente, cuando se navega en aguas turbulentas, no es asirse al imposible, gritar que el barco puede hundirse; es enfrentar la tormenta, sostener con fuerza el timón mientras el viento y el agua golpean el rostro, y el piso abandona los pies.
Ser valiente, cuando la nación está en peligro, es encarar al enemigo, pelear, y simultáneamente, construir, reparar, unir, crear. Otros propagarán vicios escribía José Martí o los disimularán: a nosotros nos gusta propagar las virtudes”. Los cobardes reclaman el derecho al cansancio, a pensar en sí mismos (no por