Los documentales de Ariagna Fajardo Nuviola (Granma, 1984) exploran, fundamentalmente, los espacios rurales de la Sierra Maestra. Esta cordillera montañosa, la mayor del país y ubicada entre las provincias orientales de Granma y Santiago de Cuba, ha sido el escenario de una mirada que explora la realidad de una región y la vida de sus habitantes.
Graduada en la especialidad de Dirección en la Facultad de los Medios de Comunicación Audiovisual (Famca), de la filial de la Universidad de las Artes-ISA en Holguín, Ariagna Fajardo se adentra en el espacio geográfico desde la cotidianidad de quienes allí viven. Le preocupan las dificultades y sueños de sus coterráneos, esos que se enfrentan a las condiciones de un sitio que es también suyo, al compartir vida, preocupaciones y anhelos.
En Televisión Serrana, colectivo cuyo aniversario 30 se celebró el pasado año y del que forma parte desde 2007, Fajardo ha partido del compromiso con esta casa productora y con su realidad, que es la misma que la cámara filma en uno de los parajes más hermosos y a la vez más complejos de la geografía insular. Las tradiciones y costumbres de esta región están en sus documentales, pero en ellos no hay una mirada epidérmica y mucho menos bucólica o folclorista.
Hacer visible una realidad cotidiana que no deja de doler
No se puede mirar la superficie cuando se es parte de la raíz. La obra de Ariagna Fajardo resulta el punto de partida para profundizar en formas de vida, en identidad, como lo ha venido haciendo la propia TV Serrana.
De esta manera, Fajardo intenta concretar “la posibilidad de hacer visible, más allá de las comunidades rurales, una realidad que, por cotidiana, no deja de doler”.
Sus documentales —exhibidos en festivales como el de Cortometrajes Clemont Ferrand, en Francia, el Birds Eye View, en Reino Unido, y el Internacional de Mujeres del Cairo, además del neoyorkino Museo de Arte Moderno (MoMA)— han sido responsables, en buena medida, asegura la crítica, del acercamiento de la TV Serrana al discurso visual antropológico.
Entre ellos se encuentran: Un personaje importante, Hombres de camino, Burlar el silencio, Videocarta de la Sierra a Sevilla, La vuelta, A dónde vamos, Como un rayo de luz, Papalotes, La casita, Al sur… el mar, Cambio de guardia y el reciente Al final del camino.
Con este último, Fajardo recibió el Premio Coral en la categoría Cortometraje documental en el 44 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana y mereció, además, los premios colaterales de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y el Senobio Faget, otorgado por Cubavisión Internacional.
“Para las familias cubanas, sumergidas en una economía cada vez más precaria, acceder a elementos esenciales para la vida termina siendo un largo camino atravesado por muchos obstáculos”, asegura Ariagna a Altercine.