La central hidroeléctrica de Guri provee más del 63% de la energía eléctrica de Venezuela. Foto: Archivo.
El sabotaje al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) tuvo un nuevo capítulo que dejó en penumbras la madrugada y hasta la tarde del viernes 30 de agosto a casi todo el país, situación que el presidente Nicolás Maduro denunció que tenía por objetivo “liquidar Guri”.
La Central Hidroeléctrico Simón Bolívar, mejor conocido como embalse de Guri, en el estado Bolívar, es la principal fuente de generación para el consumo energético en Venezuela, infraestructura que fue atacada con contundencia en 2019 en el marco de la autoproclamación de Juan Guaidó, a inicios de marzo, dejando sin el servicio a 80% del territorio nacional durante varios días.
En aquella oportunidad las autoridades informaron que Guri sufrió una combinación de ataques electromagnético y cibernético.
Esta vez las consecuencias fueron menores en términos de durabilidad, debido al sistema de protección que el Estado desarrolló desde 2019, anticipando otro suceso similar.
Asimismo, se activó el Plan Centella para garantizar las actividades de la población y prevenir cualquier alteración violenta que pudiera acompañar el sabotaje eléctrico.
También informó el presidente Maduro que días antes de las elecciones presidenciales, el viernes 26 de julio, fue capturada en Ureña, estado Táchira, una banda “proveniente del Norte de Santander (Colombia) que traía los planes, instrumentos y el dinero para proceder a explotar, a quemar, a destruir de manera catastrófica la subestación eléctrica” de esa localidad fronteriza.
Información que confirma los planes que tienen María Corina Machado como rostro visible y el sector opositor que preparó el escenario de desestabilización post-28J que tenía como fin un cambio de régimen con maniobras de fuerza, incluyendo el componente criminal desplegado y que cobró vidas humanas, servicios y bienes públicos.
De manera que el sabotaje eléctrico del 30 de agosto forma parte del mismo ciclo golpista, operación que vino acompañada de otras tácticas y eventos que, amén de las circunstancias, han sido neutralizadas por los cuerpos de seguridad del Estado.
El dominio material del “fraude”
Para que Machado y compañía llevasen a cabo la operación narrativa del “fraude electoral” hicieron converger un conjunto de actividades (y actores) afines a las ya tradicionales jornadas de despliegue de fuerzas de choque y el desconocimiento de las instituciones estatales.
El recurso de las bandas criminales ha dado frutos en términos de saldos letales, con procedimientos similares a otras ocasiones en que la agenda subversiva, anclada de manera encubierta en la masa crí