—Como cambian los tiempos: el profesionalismo convertido en derecho del pueblo gracias a la Asociación Internacional de Boxeo.
—¿Viste? Ni Cubadebate se extrañó de la desaparición de la «esquina roja». Reseña como si nada que «los púgiles cubanos pelearon en la esquina negra y sus rivales en la dorada». Es tal el entusiasmo, que la publicación multimedia agrega que «Con la presencia de miles de espectadores, el Coliseo estuvo a la altura esta noche de martes de nuestra tradición boxística». «Coros de “¡Cuba, Cuba!” se escucharon antes de cada veredicto en la sala».
—Pensé, por la vehemencia revolucionaria de la que presumen, que se atreverían a citar al Comandante en Jefe, a quien no le gustaban los combates de diez asaltos. Tras prohibirlos, afirmó en su momento que «lo que ha prevalecido en el boxeo es la mafia», y que «el profesionalismo es una antítesis del deporte como instrumento de la educación y de la cultura. Solo una concepción revolucionaria del deporte como instrumento de educación, cultura, bienestar, alegría y salud del pueblo permite los mejores frutos».
—Los «mejores frutos» son esos trescientos niños que recibieron una clase magistral de boxeo nada menos que en el Parque Central, frente al monumento a José Martí, quien calificó al boxeo como «una cosa brutal, vacía de hermosura y de nobleza». A ninguno de esos muchachitos se le contará que al Apóstol «se le hacía pesado el oficio de escribir cuando tenía que hacerlo para n