En los últimos días de este verano vivimos otra vez una de las experiencias más conmovedoras, capaz de taladrar los muros que blindan nuestro corazón. Desde el 28 de agosto hasta el 8 de septiembre París arde en la llama de los Juegos Paralímpicos.
Como todo gran evento deportivo, esta cita nos regala espectáculo, emociones, victorias y récords, pero también trepida lo más hondo de la condición humana con el esfuerzo de hombres y mujeres que, ante los contratiempos, siguen adelante y no reservan un rincón tranquilo para llorar y reclamarle al destino.
«La discapacidad no te define; te define cómo haces frente a los desafíos que la discapacidad te presenta», aseguró con el ejemplo de su propia historia Jim Abbott, lanzador del beisbol estadounidense, rival