(Versiones Taquigráficas – Presidencia de la República)
Querido Presidente y hermano Nicolás Maduro;
Queridos hermanos;
Estimados representantes de las naciones que componen nuestra Alianza;
Estimado Jorge Arreaza, Secretario Ejecutivo del ALBA-TCP;
En fin, hermanos de toda Nuestra América:
Primero, en nombre del General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, del Partido, del Gobierno y del pueblo de Cuba, reiteramos las felicitaciones ya expresadas al darse los primeros resultados al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, nuestro compañero Nicolás Maduro Moros, por la victoria alcanzada en las elecciones del 28 de julio.
En estos momentos, una vez más nos convocan la conciencia y la solidaridad, porque creo que somos y compartimos esta idea, que somos muy conscientes del grave peligro que corre el proyecto unitario que representa esta Alianza, y también del valor de los pronunciamientos solidarios que toda Nuestra América debe a la hermana Venezuela –líder indiscutible de la independencia regional, desde los tiempos de Bolívar y sus campañas libertarias– y que hoy enfrenta una grosera y concertada campaña de descrédito que busca enmascarar otro intento de golpe de Estado.
Lo han intentado tantas veces que ya no es posible esconder los propósitos detrás del gastado pretexto de transparentar los resultados electorales oficiales, prácticamente antes del tiempo establecido para ello, mientras por otra parte se da por hecho y no se cuestiona la postura incivilizada, violenta, fascista de una parte de la oposición que se niega a aceptar todo lo que no la beneficie.
Las desafiantes posturas asumidas por esos grupos políticos advirtiendo que no reconocerían otros resultados que no fueran los que ellos pronosticaban mostraron muy temprano, prácticamente al cierre de las urnas, que se avecinaba una nueva fase de todos los anteriores y fracasados intentos de derrocar a un gobierno legítimo con una combinación de violencia interna e injerencia extranjera.
Absurda pretensión la de quienes intentan que se consideren válidos resultados armados sobre una plataforma electoral ajena al poder legítimo. Eso, si lo aceptamos, llevaría a los sistemas electorales a la inoperancia. Las partes no se pueden convertir en árbitros de una contienda que los involucra.
Cuba, nuestra patria, nuestro pueblo, reconoce y admira la respuesta serena, el alto sentido democrático institucional y la vocación de paz mostradas por el presidente Nicolás Maduro y su equipo al responder a esas provocaciones, apoyados con movilizaciones populares y presentando un recurso contencioso ante la Sala Electoral del máximo ente judicial de la nación, al amparo de lo que establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Hace apenas horas el Tribunal Supremo de Justicia, tras un exhaustivo peritaje de los recaudos presentados por el ente electoral nacional y part