Una nueva entrega de Código Seguro se acerca a un tema muy importante.
Hola mis estimados lectores, hoy es miércoles y nuevamente nos vemos con el propósito de hablarles, esta vez acerca de las redes Wi-Fi de acceso público. En la era digital, la conectividad es esencial. La vida moderna es impensable sin el funcionamiento ampliamente ramificado y estabilizado de los sistemas de transmisión, almacenamiento y tratamiento de la información. La necesidad de disponer de información en un momento determinado, el aumento de su volumen y la reducción del tiempo de transmisión han contribuido al continuo crecimiento de la demanda de servicios de comunicación e información por parte de los consumidores. Un método cómodo para recibir y transmitir datos son las redes inalámbricas. Una de las redes inalámbricas más utilizada se basa en la familia de normas del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos “IEEE 802.11”. Su uso generalizado ofrece a los usuarios la oportunidad de obtener toda la información necesaria en cualquier momento y transmitirla a otras personas.
El creciente despliegue de puntos de acceso inalámbricos públicos Wi-Fi y el auge de dispositivos móviles como tabletas y móviles han facilitado el acceso a la información en Internet. Estando disponibles en cafeterías, aeropuertos y parques, ofrecen una solución conveniente para mantenerse en línea. La característica más importante de cualquier red de este tipo, independientemente de su complejidad y finalidad, es la seguridad de la información confidencial. No obstante estas redes presentan riesgos potenciales para la seguridad y la privacidad. Lamentablemente, la mayoría de los usuarios pasan por alto las amenazas a la privacidad porque actualmente no tienen forma de saber hasta qué punto se revela su intimidad.
Existen varios tipos de redes Wi-Fi públicas, cada una con diferentes niveles de seguridad. Las redes abiertas no requieren autenticación, lo que las hace extremadamente vulnerables. Las redes cerradas, que requieren una contraseña, ofrecen un poco más de seguridad, pero no son infalibles. Algunas redes requieren un usuario y contraseña, proporcionando una capa adicional de protección, pero aún pueden ser comprometidas.
En Cuba, el acceso a Internet a través de puntos de acceso Wi-Fi públicos ha ido aumentando en los últimos años tras el proceso de transformación digital. Según datos oficiales publicados por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), actualmente en el país existen más de 1000 espacios públicos, siendo Pinar del Río, La Habana, Granma, Santiago de Cuba y Holguín, en ese orden, las provincias con mayor representatividad, según se puede apreciar en la siguiente figura.
Teniendo en cuenta esto, ETECSA año tras año ha ido incorporando varios elementos de seguridad a estos espacios de acceso público, sin embargo pueden existir personas malintencionadas que, a través de sus dispositivos, creen otras redes, simulando incluso las oficiales por dicho proveedor de servicios, con el objetivo de desarrollar actividades no autorizadas en algunos momentos.
Sin querer crear un estado de pánico en su utilización, deben saber que muchas veces los usuarios conectados a las redes públicas podrían correr peligro. Y no hablo solo de las del país, pudiéramos encontrarnos fuera de Cuba en algún momento, incluso por cuestiones de trabajo o no y debemos estar preparados ante un posible un posible