La bandera de la estrella solitaria y el cielo de Cuba. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
Todo parece indicar que Karla Josefina Velazquez Figuera está siendo investigada. Esta mujer, de origen venezolano y residente en México, actualmente es la directora del Programa Cuba en el National Democratic Institute, NDI, aunque se le ha permitido accionar contra los gobiernos de Nicaragua y Venezuela.
Recordemos que el Instituto Nacional Demócrata, ligado al Partido Demócrata, hace parte fundamental del National Endowment for Democracy, NED, ente creado por el Consejo Nacional de Seguridad de Ronald Reagan en 1983. Aunque sus estatutos dicen que Fondo Nacional para la Democracia es privado y con el objetivo de “reforzar y hacer progresar las instituciones democráticas por el mundo”, la realidad es que su presupuesto se decide en el Congreso estadounidense y sus planes de acción en el Departamento de Estado y la CIA. (1)
Durante muchos años y hasta el día de su muerte en 2022, la presidenta del Consejo Ejecutivo del NDI fue Madeleine K. Albright. Por su actuar beligerante y despótico se le nombraba como “la reina malvada” (the queen of mean) mientras fue embajadora de Estados Unidos en la ONU y luego secretaria de Estado: entre muchos, impulsó las sanciones económicas contra el pueblo de Irak y la terrible invasión militar a Kosovo. Teniendo a la revolución cubana como un permanente objetivo a destruir, lo que se reflejó en los planes del NDI y la NED.
Pues bien, Karla Velazquez ha hecho parte de esa maquinaria aceitada por Albright. En los últimos años se convirtió en “especialista” en gestión de proyectos de feminismo, género, racialidad, diversidad sexual, etc. Temas que Washington y las cuatro organizaciones que hacen parte de la NED, como el NDI, fomentan e imponen entre la llamada sociedad civil.
Pero ¿y por qué‚ está siendo investigada por sus jefes en Washington?: hay muy serios indicios de que se esfumaron miles de dólares destinados a financiar organizaciones contrarrevolucionarias cubanas, más conocidas como “opositoras”, radicadas en el exterior. Estas servirían de puente para que esos dineros llegaran a la “oposición” o “disidencia” en Cuba. Se asegura también que a la “oposición interna” no le llegaron las “ayudas” que se pidieron en su nombre. O solo aparecieron migajas.
Interesante sería saber por qué se hace esta investigación a Velazquez cuando esto ha sido algo común y desde siempre. Robar de esa manera al contribuyente estadounidense ha sido una constante. Recordemos que el ser “disidente” u “opositor” al gobierno revolucionario cubano se convirtió en una gran empresa del lucro desde el fin de la Unión Soviética, a comienzos de los años noventa del siglo pasado. Son muchos los millones dólares que Washington y varios países europeos han destinado para tal fin. (2)
La revolución no cae, la “disidencia interna” no avanza ni milímetros, pero muchos “opositores” en el exterior, principalmente en la Florida, se han enriquecido. Leamos lo que dijo en Miami el “opositor” y bloguero Boris Sancho, el 22 de septiembre 2020:
“¿Te sorprenderías si te digo que desde el 2001 hasta el 2020, la Oficina de Impuestos del gobierno de EE.UU. ha declarado que más de 160 organizaciones que luchan en contra de la dictadura, emplearon 407 millones dólares? Y mi pregunta es: ¿en qué se ha gastado este dinero?…”
Mientras que otro “opositor”, Antonio Rodiles, dijo desde la misma ciudad, el 4 mayo 2023 : “La industria de la lucha por la libertad, o la industria de los derechos humanos, está manejada principalmente por instituciones norteamericanas u o