En medio de una crisis económica sin precedentes, Cuba enfrenta el desafío de redefinir su estrategia de inserción internacional, especialmente ante la inestabilidad política y económica de su principal aliado, Venezuela.
Según el informe de agosto de 2024 del Observatorio de Monedas y Finanzas (OMFi) de agosto de 2024, la dependencia cubana del intercambio con Venezuela ha disminuido en la última década, pero aún mantiene una importancia estratégica, sobre todo en el suministro de petróleo.
El intercambio comercial entre Cuba y Venezuela ha caído del 21 % del PIB cubano en 2012 al 8 % en 2022. La reducción se atribuye sobre todo a la caída de los precios del petróleo, los desaciertos en la política económica venezolana y la excesiva intervención estatal, y las sanciones internacionales que han llevado a una contracción significativa de los ingresos petroleros y del PIB venezolano desde 2014.
La vulnerabilidad de la economía cubana ante un escenario sin Venezuela sigue siendo alta, tanto en términos cuantitativos como cualitativos.
El suministro de petróleo venezolano, aunque ha bajado hasta el 40 % en 2024, según reportes de prensa, es todavía crucial para la isla. Además, la particularidad de los acuerdos entre ambos países, que incluyen el intercambio de servicios profesionales y médicos por petróleo, hace que sean difíciles de replicar con otros socios comerciales.
La situación se complica aún más por la baja capacidad de respuesta y competitividad de la economía cubana, así como por las restricciones impuestas por las sanciones estadounidenses. Tales factores obstaculizan la posibilidad de encontrar sustitutos a este comercio en las condiciones actuales.
Asimismo, la desconfianza de otros aliados internacionales en la solvencia y capacidad de Cuba para generar ingresos y pagar deudas ha mantenido en niveles muy reducidos las inversiones y el financiamiento hacia la isla.
El informe del OMFi señala que el Gobierno cubano no ha logrado, en diez años, encontrar un esquema de inserción internacional alternativo a Venezuela. La insuficiencia de reformas y la descapitalización y quiebra de facto de gran parte del aparato productivo estatal impiden un mejoramiento de la competitividad que posibilite otra forma de promover las exportaciones y el acceso al financiamiento internacional.
En tal contexto, las recientes elecciones presidenciales en Venezuela el 28 de julio de 2024 no causaron sobresaltos inmediatos e