LA HABANA, Cuba. – Revivir la agricultura en Cuba será posible solo si se conceden mayores libertades a los productores para decidir sobre sus siembras, comercialización y ganancias. Las pérdidas acumuladas y el éxodo de fuerza de trabajo devastaron las mayores y más eficientes empresas nacionales.
La indetenible caída de las producciones agropecuarias se originó por las drásticas restricciones de los combustibles, fertilizantes, herbicidas y otros insumos desde mediados de 2019, sin hacer excepciones a cultivos esenciales para la alimentación de la población, como el arroz, que indefectiblemente tendrían que importarse. La Tarea Ordenamiento, implementada el 1 de enero de 2021, consumó la destrucción de la agricultura, con altos precios de insumos y servicios para los campesinos, sujetos a tarifas de venta hasta por debajo de sus costos de producción y la imposibilidad de comercializar libremente según la oferta y demanda.
Los resultados han sido el retraimiento de los trabajadores del campo y más quiebras de las cooperativas y empresas estatales. También los cientos de medidas emitidas para tratar de revertir el caos han sido contraproducentes.
En las informaciones emitidas sobre las visitas a las provincias de los altos funcionarios del Partido Comunista de Cuba (PCC) y el Gobierno, como las realizadas po