La noticia es que el Partido Demócrata de los Estados Unidos tiene un nuevo candidato a vicepresidente, Tim Walz, quien en el pasado ha mostrado una posición favorable hacia el acercamiento con Cuba.
Gobernador de Minnesota, pero nacido en una zona rural de Nebraska, Walz fue escogido por Kamala Harris como su compañero de fórmula y ha despertado simpatía por parte del equipo de trabajo de Harris, ya que cubre muchas de las casillas que la actual vicepresidenta deja vacías.
Con formación militar, miembro de la Guardia Nacional por años y una vida familiar tradicional de las zonas del interior de Estados Unidos, profesor de Geografía de preuniversitario, y con fluido mandarín debido a años de trabajo enseñando en China, el demócrata ha tenido una posición progresista en casi todos los temas: apoya iniciativas sobre el control del uso de armas de fuego, se ha mostrado sensible y activo hacia las comunidades LGBTIQ, ha estado a favor de mantener apoyo de alimentos para todas las escuelas y defiende el derecho al aborto.
Aunque fue un desconocido a nivel nacional en Estados Unidos, Walz se volvió viral hace unos días porque etiquetó a Trump y a JD Vance como unos «raros» (weird, en inglés), a lo cual le siguió una larga cola de memes, y muchas burlas. En su currículo falta un registro claro o proactivo en cuanto a política exterior, pero sí pueden rastrearse sus declaraciones a favor de mejorar las relaciones con Cuba, por una razón lógica: representa al estado de Minnesota, que tendría mucho interés en poder comerciar más libremente con un país altamente importador de alimentos.
Minnesota es uno de los estados de mayor producción agrícola, ya sea carne de pavo, miel, maíz o madera. En los últimos años, varias misiones gubernamentales de ese estado o representantes de organizaciones agrícolas han visitado Cuba para explorar las oportunidades de intercambio.
Amy Klobuchar, senadora demócrata por ese mismo estado, ha trabajado con persistencia para promover una relación distinta entre Cuba y Estados Unidos. En su plataforma en Internet, la senadora compartió un artículo de un medio de su estado que afirma: «En Cuba, más allá de los edificios deteriorados, la pobreza […] también hay oportunidad para Minnesota, nuestras compañías y nuestra economía, pero solo si el embargo comercial —una reliquia del pasado, activado hace 60 años en 1961— fuera levantado».
En el momento de la publicación de ese artículo, en mayo de 2021, la senadora reintrodujo una propuesta de ley para levantar las sanciones; de más está decir que sin éxito.
Walz sigue de alguna manera este enfoque, que no es más que representar los intereses de sus votantes.
Cuando el presidente Obama visitó Cuba, se alegró de esa visita y así lo dijo en la red social X. Vio en el camino del expresidente una oportunidad para los granjeros de su estado, según recuerda ahora la revista Político
Anteriormente, en 2010, votó a favor de un proyecto de ley del Comité de Asuntos Agrícolas para suspender las restricciones de viajes y permitir a los productores agrícolas vender alimentos directamente a Cuba con la posibilidad de crédito. Cinco años después co-auspició un proyecto de ley para levantar las sanciones económicas y financieras.
Representar a sus votantes de zonas rurales ha sido su carta de triunfo, y es una de las razones por las que ha logrado ganar en zonas tradicionalmente republicanas. Su imagen de hombre campechano y consistente con la imagen de las personas de las zonas semi rurales de Minnesota lo impulsa a trabajar por una esperanza: un nuevo mercado para su interminable lista de productos agrícolas.
Si bien Cuba no es un mercado significativo, tampoco es menor. En el primer semestre de 2024, Estados Unidos exportó 127 mil toneladas de pollo a Cuba, una cifra menor que la del año pasado, pero 7% mayor en términos de precio, según informó en X el economista cubano Pedro Monreal.
Solo en la primera mitad del año, Cuba compró carne de pollo a Estados Unidos por un valor de casi 151 millones de dólares. Este es el volumen del comercio gracias a una exención de las medidas unilaterales coercitivas para los productos agrícolas, que se compran en condiciones anormales para el comercio mundial, con un pago por adelantado y sin posibilidad de crédito.
Esos productos vienen de diferentes lugares, pero Minnesota pudiera ser uno de esos estados a los que Cuba pudiera comprarle con mayor facilidad, en caso de que fuera más fácil el comercio entre ambos países, imposible debido a las muchas limitaciones que imponen las sanciones.
La elección de Tim Walz como vicepresidente podría significar un apuntalamiento importante para la candidata Kamala Harris, tras las fracturas internas del Partido Demócrata por la tardía renuncia de Biden. Harris ha tenido una acogida de entusiasmo y de significativos números de recaudación de fondos. Walz es parte de una larga lista de noticias que entusiasman a los votantes.
No obstante, un vicepresidente determina poco en el curso de una administración.
Para Cuba significa que al menos Harris tiene a su lado a un hombre que, desde un punto de vista pragmático, comprende que las relaciones con la Isla guardan beneficios para Estados Unidos, y atestiguó cuánto se puede hacer en corto tiempo durante la administración de Obama.
Como ventajas para la posibilidad de un puente con la Isla, el candidato demócrata tiene el hecho de que está muy lejos del sistema de intereses de la Florida. Asimismo, con respecto a sus votantes, sería un mejor promover un entendimiento beneficioso para ambos países, más que un camino de hostilidad que poco beneficio ha dado a los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos, pues además de no conseguir el cambio de régimen, ha impulsado a La Habana a establecer relaciones de cuasi-dependencia con enemigos históricos de Washington, como Rusia.
Estarían en el poder dos personas con pocos compromisos con la Florida y sus emisarios al Congreso, con una voz demócrata conservadora y anti-engagement menos, ya que Bob Menéndez (demócrata por Nueva Jersey) renunciará tras ser declarado culpable en un escandaloso juicio por tráfico de influencia y corrupción.
No obstante, las posiciones políticas son distintas cuando se está representando a votantes en grupo pequeño, y se es gobernador estadual o representante en el Congreso, a cuando se es vicepresidente y se ha de tener en cuenta otro cúmulo de intereses para poder hacer avanzar una agenda. La pregunta es si esta posición progresista y pragmática de Walz con Cuba continuará si llega a la Casa Blanca junto a Harris, pregunta que también podría hacerse sobre la actual candidata a la presidencia.
Nuestra opinión es que el camino correcto ya está señalizado desde los años en los que Raúl Castro y Barack Obama apostaron por una relación diferente entre ambos países. Un camino de apertura con Cuba que no ha de verse desde una visión quid pro quo, sino desde los intereses que están en juego para ambos lados.
¿Qué gana Estados Unidos con una política de hostilidad? Hasta ahora no ha habido más resultados que empujar a miles de cubanos a llegar a las fronteras estadounidenses por huir de la severa crisis en la Isla, y al gobierno cubano a reforzar sus alianzas con potencias enemistadas con occidente, bajo la esperanza de buscar las relaciones comerciales que son negadas por su vecino del norte.
Visiones pragmáticas y enfocadas más en los resultados que en la demagogia de ma