*En coautoría con Carlos Martínez
Un tema soslayado en el debate económico actual en Cuba es el efecto de la inflación sobre el funcionamiento del sector privado. Las mipymes a menudo son señaladas como las causantes de los altos precios —y su persistente incremento— en las narrativas oficiales y en parte de las opiniones del público. Ello ha ocurrido a pesar de que los análisis de los economistas cubanos subrayen la responsabilidad primaria que tiene el elevado desbalance en el presupuesto del Gobierno (que se financia con emisión de dinero) y la crisis del sector productivo estatal.
En este boletín especial del OMFi miramos desde otra perspectiva la relación entre el sector privado y la inflación y nos enfocamos en cómo esta última afecta al primero. Explicamos los costos de la inflación utilizando los principales mecanismos documentados en la teoría económica y en experiencias internacionales. Se seleccionaron las consecuencias de la inflación que podrían ser más relevantes para el entorno específico en el que opera el sector privado cubano. La inestabilidad monetaria y cambiaria es otro de los tantos obstáculos que debe enfrentar el sector privado cubano, lo cual entorpece su capacidad para operar eficientemente y planificar a largo plazo.
Nuestro análisis se centra, sobre todo, en los llamados «costos de suela de zapato», los «costos de menú» y los efectos de la inflación en la distribución de ingresos.
Los «costos de suela de zapato»
Los «costos de suela de zapato» son los costos de transacción extraordinarios que asumen los empresarios para mantener los niveles líquidos de dinero necesarios para operar sus negocios en una economía inflacionaria. En un contexto de inestabilidad monetaria y cambiaria, los niveles cambian de manera constante debido a la pérdida de valor del dinero. En economías con sistemas financieros modernos y con menores tasas de inflación, los costos son mínimos; pero en Cuba —debido a las deficiencias bancarias— los retrasos tecnológicos y la falta de efectivo se vuelven considerablemente altos.
En la teoría económica, el término «costo de suela de zapato» proviene de la idea de que, durante períodos de alta inflación, las personas necesitan hacer viajes frecuentes al banco para retirar dinero en efectivo. Se produce así un mayor «desgaste de las suelas de los zapatos» debido a los viajes adicionales a los bancos; de ahí el origen del término. Cuanto más generalizado es el uso de efectivo y mayor es la inflación, mayor será el «costo de suela de zapato». La informalidad es una característica estructural de la mayoría de las economías en desarrollo (muy presente en el sector privado cubano) que siempre va acompañada de un mayor uso del dinero físico.
El costo de suela de zapato considera el tiempo y el esfuerzo que las personas y empresas deben emplear para gestionar su efectivo en un entorno de alta inestabilidad en los precios y en la tasa de cambio. En el caso del sector privado cubano, gran parte de la demanda de efectivo está relacionada con la necesidad de comprar divisas en el mercado informal, dado que el mercado cambiario formal no es funcional, debido a la sobrevaloración de la tasa de cambio oficial y a la crisis de liquidez en divisas del sistema financiero.
En una economía con alta inflación aumenta la necesidad de hacer transacciones en efectivo debido a dos factores opuestos. Por un lado, aumenta la demanda de efectivo para poder comprar insumos y divisas que cada vez son más caros. Por otro lado, dado que el valor real del dinero disminuye rápidamente, ello incentiva a los individuos y las empresas a reducir al mínimo sus tenencias de efectivo para evitar la pérdida de valor.
El segundo efecto promueve inversiones en activos alternativos al peso cubano por motivos financieros —sea divisas, criptomonedas, depósitos bancarios en el exterior o inventarios de bienes no perecederos—. El hecho, además, se amplifica porque los bancos comerciales cubanos han permanecido con tasas de interés nominales en extremo bajas que no cubren la inflación. Los ahorradores pierden dinero si lo depositan en los bancos cubanos debido a las tasas de interés reales negativas (la inflación es mucho mayor que la tasa de interés que paga el banco sobre los depósitos bancarios).
En Cuba, la inflación y sus efectos colaterales tienen otras particularidades. El Gobierno cubano, al intentar financiar su abultado déficit fiscal, se ha visto en la necesidad de emitir una cantidad considerable de dinero. Sin embargo, enfrenta problemas logísticos significativos y escasez de insumos para imprimir el dinero que demanda la economía y, en especial, el sector privado. En respuesta a los desbalances, ha forzado la bancarización como estrategia para compensar el déficit de billetes, pero las autoridades cubanas han reconocido que la bancarización no ha avanzado como esperaban.
Los bancos comerciales impusieron límites para la extracción de efectivo —lo cual incrementó directamente los costos de suela de zapato— como parte de las medidas para lidiar con la falta de efectivo y apresurar la bancarización. Conseguir el efectivo