Ilustración: Mary Esther Lemus
3 / agosto / 2024
—¿Yo solo? ¿Cómo puedes hacerme eso? ¿Tú sabes lo que es soltarme por esos parajes, a expensas de los matarifes que pululan en las sabanas?
—No exageres. Tengo derecho a coger vacaciones. Te prestaré tres guardaespaldas, el resto se va conmigo a la playa. Pero las visitas a provincias deben continuar.
—Que dejemos de caerle a los municipios por unos días no va a dejarse ver.
—¿Qué dices? ¿Cómo puede un organizador del Partido hablar así? ¿Imaginas el grado de desamparo que sentirán en la base al no poder anotar en sus agendas las orientaciones siempre pertinentes que les impartimos?
—Orientaciones que, por suerte, no revisan nunca. De hacerlo se darían cuenta de la cantidad de años que venimos diciendo lo mismo.
—¿Qué quieres? He ahí la continuidad. Nos aparecemos un día con ideas diferentes y tú sabes cómo es el cubano: enseguida piensa que las cosas empezarán a cambiar, se embulla, y cuando viene a ver cree que la prosperidad es vivir a todo tren y tener la oportunidad de irse con la familia a una casa en la playa cada vez que desee. Y eso no podemos aceptarlo, nos complicaría mucho más la situación con el transporte.
—Esas contundentes ideas tuyas son las que me siento imposibilitado de compartir con los cuadros de abajo.
—No solo para saber el itinerario de tus próximas visitas estás aquí, sino para oír mis ori