En apenas un mes varios hechos muy significativos han alterado de manera inusual el panorama electoral en Estados Unidos. Primero, el desastroso desempeño del presidente Joe Biden en el debate televisado con su oponente republicano el 27 de junio en Atlanta; luego, el fallido atentado contra Donald Trump del 13 de julio – que reforzó su figura como favorito para ganar las presidenciales de noviembre- y, por último, el domingo 21 de julio, el abandono tardío por Biden de sus aspiraciones para encabezar la boleta electoral demócrata y buscar su reelección, después de semanas en las que muchos demócratas y los medios dieran la alarma sobre el deterioro de su capacidad mental.
Hay interrogantes, pero no ha trascendido, si hubo algún compromiso con Biden, por parte de los factores de poder de la élite partidista, para que finalmente aceptara dar ese paso al costado.
Se señala que esas demoras pueden haber resultado perjudiciales para que el Partido Demócrata cuente con el tiempo necesario para los complejos pasos internos y las acciones que debe emprender en lo inmediato. La rapidez con que la vicepresidenta, Kamala Harris, ha iniciado sus gestiones y contactos para recabar apoyos ha estado dirigida a hacer políticamente inviable que otros se lancen a querer concursar por la nominación. No está claro si podrá lograrlo.
Se abre ahora un periodo de incertidumbre en las filas demócratas – y en la política nacional- hasta los días en que tendrá lugar la convención del partido entre el 19 y 22 de agosto en Chicago. Sin expresar respaldo a figura alguna, y distanciándose en alguna medida de las pretensiones de la vicepresidenta, el ex presidente Barack Obama dijo: “vamos a navegar por aguas desconocidas en los próximos días, pero tengo confianza extraordinaria en que los líderes de nuestro partido serán capaces de crear un proceso del que surja un candidato sobresaliente”.
El inmediato apoyo por parte de Biden a la vice presidenta Kamala Harris para que encabece la boleta presidencial parece haber concitado un respaldo, más amplio y variado que lo esperado, de una impresionante lista de figuras y funcionarios electos y donantes del partido quienes, con prontitud, le dieron su apoyo. Aun así, todavía es temprano para afirmar que tiene asegurada la nominación. Vi