Entre Londres y París: la deuda cubana que asusta a inversores
La noticia es que la demanda contra el Banco Nacional de Cuba que se dirime en Londres por el litigio iniciado por el llamado fondo buitre CFR-I Limited ha sido declarado concluso para sentencia, y se sabrá la decisión del tribunal en los próximos meses, informaron medios oficiales cubanos. Un proceso judicial que paga Cuba, teniendo a su vez una pesada deuda externa, y la segunda más grande con el Club de París de toda América Latina.
El también llamado fondo de capital de riesgo, que está registrado en Islas Caimán, afirma ser el acreedor de una deuda que compró a otra institución financiera, y que Cuba le debe más de 78 millones de dólares por dos préstamos que la Isla necesitó de bancos europeos hace más de 30 años.
Estos llamados fondo de capital de riesgo tienen un modelo de negocio en el que compran grupos de deudas con bajas probabilidades de ser saldadas, y luego van a tribunales internacionales a intentar cobrarlas. Cuando el proceso es exitoso para ellos, terminan cobrando el monto total, lo cual lo hace un negocio rentable. CFR-I es un fondo de capital de riesgo que el gobierno cubano etiqueta como fondo buitre, y La Habana considera que la forma en la que esa entidad adquirió la deuda no es legal.
Esta saga de juicios y deudas ya va como por su tercer episodio. El tema que se dirimió el año pasado fue si el demandado es el Banco Central de Cuba, o el Estado cubano, y luego que si CRF I era un acreedor legítimo del BNC. En aquel momento se eximió al Estado cubano de responsabilidad, y sigue en discusión si el BNC debe honrar su deuda con CRF-I o no. La entidad bancaria cubana afirma que ese fondo buitre no es un acreedor legítimo y nunca lo fue.
Hasta el momento, el dilatado litigio intenta definir jurisdicciones y legitimidad de las demandas.
«El Banco Nacional de Cuba ha sostenido que ese ente económico no es su acreedor, y, por ende, no existe razón alguna que sustente tal posición», afirma en nota publicada en el periódico Granma y más adelante se asegura que la voluntad de diálogo continúa: «El Banco Nacional de Cuba ratifica, una vez más, su permanente voluntad de diálogo y respeto hacia las deudas contraídas con legítimos acreedores; lo cual no guarda relación alguna con una entidad ajena a sus instrumentos financieros, como es el caso de CRF I Limited».
El tema ha recibido la más alta prioridad política por parte del gobierno cubano, que ha enviado al menos en dos ocasiones al miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y locutor del Noticiero Nacional de Televisión, Humberto López, a cubrir el asunto a Londres.
Además, ha sido representante de la Isla Lourdes Dávalos, una abogada cubana con residencia en España, hija del conocido jurista cubano Rodolfo Dávalos, que tiene estrechos vínculos con el gobierno ya que ha representado al país en otros litigios internacionales como asociada de una firma de abogados que acompaña el proceso en Londres. Sin embargo, de acuerdo al video oficial de la transmisión del juicio, no es esa firma española, ni ella quien litiga frente a la jueza inglesa al frente del salón.
Este litigio tiene dos caminos. Una sentencia favorable al Banco pondría fin a este proceso y confirmaría que CRF I no es su acreedor oficial. Si fuese adversa, implicaría la apertura de la fase de juicio para decidir sobre el fondo de la reclamación.
En ningún caso, a diferencia de lo que han afirmado varios medios, implicaría la congelación de fondos, no hay mayor riesgo tangible aún para el Banco Nacional de Cuba.
Este juicio se dirime en un contexto en que Cuba mantiene una altísima deuda con el Club de París, un conjunto de países prestamistas que se organizan en esta instancia que tiene la responsabilidad de negociar las deudas con los deudores. La Habana debe a esa instancia al menos 4.620 millones de dólares, que según afirman varios medios, es la segunda mayor de América Latina y el Caribe.
En septiembre del año pasado, representantes con los que la Isla tiene deudas visitaron La Habana. Los agrupados en el Club de París vinieron entonces a renegociar la deuda mientras entraba en su cuarto año de impago.
El Club de París había condonado 8 mil 500 millones de dólares de más de 11 mil millones, y Cuba había acordado pagar lo restante en cuotas anuales hasta el 2033.
El impago de Cuba se produce en un contexto de casi un quinquenio en el que el producto interno bruto de la Isla decae, las medidas unilaterales coercitivas de Estados Unidos afectan la economía, y se suma la crisis post-covid en la que el turismo está muy lejos de ingresar lo que solía.
La cifra más actualizada de la deuda externa cubana rondaba los 20 mil millones, pero eso fue en 2020, y ya La Habana ha restructurado su deuda con varios acreedores.
Estas noticias significan que Cuba sigue siendo incapaz de pagar su deuda exterior, mientras intenta de todas las formas posibles atraer inversión extranjera.
Significa también que Cuba sigue teniendo un alto «riesgo país» por incurrir en continuos impagos y por acumular deudas a pesar de que varios paquetes de ellos han sido condonados en parte por países como Rusia, China, o el mismo Club de París.
Un país que entra en impago con sus acreedores, además de reportarse que apenas cumple con sus compromisos con proveedores internacionales, pone a Cuba en una posición de incertidumbre y de muy poca confiabilidad para ser un destino de inversiones o préstamos.
Debido a las restricciones estadounidenses, Cuba no es miembro del Fondo Monetario Internacional, ni del Banco Mundial y tiene acceso a muy poco crédito o préstamos de entidades financieras internacionales.
Nuestra opinión es que el manejo de las finanzas que ha sostenido el gobierno de Cuba, además de poco transparente, ha estado basada en urgencias más que en la responsabilidad de respetar y honrar deudas, cuyos impagos ponen al país en una situación de aún más vulnerabilidad.
Si bien el peso de las «sanciones» es innegable, el encarecimiento de toda transacción internacional del gobierno y sus empresas, así como el escrutinio quirúrgico que realiza el Departamento del Tesoro sobre las operaciones cubanas en las pasarelas internacionales de pagos, la realidad es que el uso interno de los fondos disponibles ha recibido cuestionamientos, y no se ha rendido cuentas más allá de en conceptos generales.
Es reiterada la incomprensión, así como la falta de información en torno al injustificado uso de dinero público para la construcción de hoteles, mientras la industria está muy lejos de recuperarse, y en el país falta la electricidad, la inversión en agricultura. Entretanto, inversores y prestamistas que quieran aventurarse a hacer negocios con Cuba lo están pensando dos veces, pues a los escollos que pone Estados Unidos, se le suma el riesgo de no recuperar su inversión.
Los sistemas de duda externa, la financiarización de la economía internacional, y la muy desigual distribución de las riquezas mundiales entre pequeños grupos hegemónicos, son mecanismos de dominación internacional que tienden casi siempre al norte del mundo, mientras el sur global sufre el peso de la colonización, la explotación de sus recursos naturales, así como la emigración. Sin embargo, si se va a ser uso de estos sistemas, hay que jugar con sus reglas y códigos: de acudirse a ellos para pedir préstamos, deben también honrarse esas deudas, no ya solo desde el punto de vista de compromiso moral, sino como garantía para que te vuelvan a prestar.
La encrucijada de la economía cubana no tiene soluciones fáciles. Sin embargo, la contracción de más deuda,
