La Habana, 1 ago.- Una mansión colonial en el casco histórico de la capital cubana cobija a 12 personas de distintas familias, a pesar de un derrumbe parcial hace cuatro años y otro posterior, que dejaron media arquitectura a la intemperie y vegetación enraizada en las paredes sobrevivientes.
Una escena nada inusual en La Habana Vieja, el municipio más antiguo de la urbe y uno de los 15 que la conforman.
Ángel, un residente del inmueble, dijo a IPS que el gobierno municipal ofreció varias veces a los vecinos trasladarse a las llamadas casas en tránsito, los albergues temporales establecidos, mientras esperaban la asignación de una nueva vivienda, pero muchos se negaron por la lejanía y la calidad constructiva de esos lugares temporales.
“No tenían losas en el suelo ni ventanas. Tierra carmelita era todo lo que veías”, comentó Ángel.
También las autoridades del sector trataron de ubicarlos en otra instalación dentro del mismo municipio; sin embargo, las condiciones eran tan malas –pequeños cubículos con literas, un único baño a compartir entre muchas familias–, que decidieron regresar a su hogar en ruinas, a pesar del latente peligro de un tercer derrumbe.
El déficit de más de 850 000 viviendas resulta uno de los principales problemas sociales en Cuba. Los mayores déficits se concentran en La Habana, con 2,2 millones de habitantes, así como las otras urbes más pobladas del país: Holguín y Santiago de Cuba, en el este, y Camagüey, en el centro.
El tema de la vivienda es crítico. Ha venido un bulto de gente buscando cómo mudarse. Gente que ha pedido casas por problemas de derrumbes, de enfermedades, que no tienen dónde meterse, que vive con un montón de personas”
Wilfredo Núñez
Un recuento oficial indicó que al cierre de 2020 en esta nación insular caribeña había 3,9 millones de viviendas, de las cuales casi 40 % estaba en regular y mal estado.
De ese total, 76 % se encontraba en localidades urbanas, que tienen visiblemente las peores condiciones, como la propia Habana Vieja, donde los derrumbes repentinos se han vuelto tan comunes –más aún tras períodos de lluvia– que muchos peatones prefieren caminar por las calles en vez de por las aceras.
Según el artículo 71 de la Constitución vigente desde 2019, “se reconoce a todas las personas el derecho a una vivienda adecuada y a un hábitat seguro y saludable. El Estado hace efectivo este derecho mediante programas de construcción, rehabilitación y conservación de viviendas, con la participación de entidades y de la población”.
Situación de la vivienda
Es bastante habitual en Cuba que distintas generaciones de una familia se vean obligadas a convivir en pequeños inmuebles, en abundantes casos deteriorados.
Además, la inaccesibilidad a la vivienda incide negativamente en la baja natalidad y fecundidad de la ciudadanía.
Para revertir esa enquistada tendencia, el Acuerdo 9009 de 2021 sobre la Política Demográfica, establecido por el gobierno, prioriza la asignación de viviendas y recursos financieros para la construcción, rehabilitación, ampliación o remodelación de inmuebles a las madres, padres o tutores legales con tres hijos o más de hasta 17 años.
El cumplimiento de esa norma se mantiene pésimo, se quejó en la últi