Al mediodía del 29 de julio de 2024, el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano proclamó y adjudicó de manera expedita presidente constitucional de Venezuela a Nicolás Maduro. El nombramiento se produjo a menos de 12 horas de que fueran comunicados los resultados preliminares, sin tener el conteo total de los votos y desconociendo las denuncias de fraude de la oposición encabezada por Edmundo González y María Corina Machado.
Horas antes, Tarek Williams Saab, fiscal general, acusó públicamente a Machado. William Saab aseguró que la líder opositora era responsable del supuesto ataque informático que sufrió el CNE.
La oposición venezolana se encuentra reunida. Juan Pablo Guanipa, a su llegada al Comando Con Venezuela, dijo: «Maduro no tiene absolutamente ninguna dignidad para asumirse como presidente, siendo el hombre más repudiado de este país».
Protestas y rechazo internacional
El rechazo a los resultados electorales devino protestas en disímiles localidades del país. Cacerolazos y manifestaciones en las calles han sucedido a lo largo del 29 de julio de 2024. La presencia de ciudadanos descontentos en la base aérea El libertador, en Aragua, y la destrucción de publicidad a favor de Maduro, en Barquisimeto, son algunas de las acciones acontecidas.
Se han reportado enfrentamientos violentos entre manifestantes y fuerzas del orden bolivariano, las cuales ha respondido con el despliegue de militares y represión.
Cientos de venezolanos exiliados también protestaron frente a las Embajadas de Venezuela en Argentina, Perú, España y México.
Diversos Gobiernos desconocieron la autenticidad del proceso electoral y no reconocen a Maduro como presidente constitucional.
El canciller peruano Javier González-Olaechea condenó las irregularidades de los comicios y dijo que «Perú no aceptará la violación de la voluntad popular del pueblo venezolano».
El mandatario chileno Gabriel Boric exhortó a que los resultados reflejen la voluntad popular. En un post en X enfatizó: «La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados. Desde Chile no reconoceremos ningún resultado que no sea verificable».
Iván Duque, expresidente de Colombia, criticó el proceso electoral y lo calificó de fraude. Llamó a la comunidad internacional a no reconocer a Maduro.
La presidencia de Costa Rica repudió en un post de X la proclamación de Nicolás Maduro presidente de la República Bolivariana de Venezuela por considerarla «fraudulenta» y aseguró que los Gobiernos democráticos del continente trabajan en conjunto con organismos internacionales para «lograr que se respete la voluntad sagrada del pueblo venezolano».
El Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino de los Países Bajos también expresó preocupación por los comicios y solicitó plena transparencia del proceso. Caspar Veldkamp, ministro de Asuntos Exteriores, reiteró la postura en un tuit y subrayó que la voluntad democrática del pueblo venezolano debe respetarse.
José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, pidió la presentación de las actas de las mesas electorales para garantizar resultados verificables y resaltó la importancia de mantener la calma y el civismo demostrados durante la jornada electoral.
El presidente José Raúl Mulino rechazó los resultados electorales y dijo que Panamá accionará individual y colectivamente en favor de la democracia venezolana. Adelantó que se anunciarán medidas en las próximas horas conforme a las reglas interamericanas.
Luis Lacalle Pou, mandatario de Uruguay, cuestionó la legitimidad del proceso electoral y afirmó que no se puede reconocer un triunfo sin confiar en los mecanismos utilizados para alcanzarlo.
El presidente guatemalteco Bernardo Arévalo expresó sus dudas sobre los resultados anunciados por el CNE y destacó la importancia de los informes de las misiones de observación electoral para defender el voto de los venezolanos.
Antony Blinken, secretario de Estado de