El pasado domingo, Venezuela vivió una histórica jornada. El sufragio representa el elemento más visible del ejercicio de los derechos políticos para cualquier ciudadano y, asimismo, permite a la Comunidad Internacional constatar la salud democrática de cualquier Estado respetuoso de la Carta Internacional de los Derechos Humanos.
La labor independiente e imparcial de los oficiales, funcionarios y observadores electorales son los elementos que garantizan la credibilidad del resultado y el respeto hacia este por parte de la Comunidad Internacional, los candidatos y partidos políticos participantes, y los electores. La legitimidad de quien asume, o mantiene, el poder público político, depende de la transparencia electoral. La ausencia de cualquiera de estos elementos arrojará dudas sobre los resultados y su correspondencia con la voluntad popular.
Desde antes de iniciar el proceso, las partes se proclamaron ganadoras sin reconocer al otro la posibilidad de movilizar sus respectivas bases y obtener la victoria. El oficialismo en todo momento se refirió a que no había otra posibilidad de gobernar el país sin su con