La bancarización, entendida como el proceso de inclusión financiera de una población mediante la utilización de servicios bancarios y financieros, se presenta en Cuba como una necesidad imperante ante la escasez de efectivo por la inflación y la necesidad de modernizar la economía.
Este proceso que se vale de las tecnologías de la información y la comunicación enfrenta hoy múltiples desafíos ante la grave crisis multidimensional del país.
Desde la publicación en Gaceta Oficial de la Resolución 111 del Banco Central de Cuba (BCC) en agosto de 2023, se ha intentado incentivar la bancarización de la población con el uso de plataformas de pago electrónico y la disminución del uso de efectivo.
No obstante, la realidad en las calles y negocios cubanos muestra un panorama muy distinto al esperado.
Avances, a veces imperceptibles
Las autoridades cubanas emprendieron diversas estrategias para fomentar la bancarización, desde campañas mediáticas, bonificaciones hasta la orientación de cierre de servicios a establecimientos que no implementen las facilidades de pago electrónico.
En la última sesión ordinaria del parlamento, la ministra presidenta del Banco Central de Cuba, Juana Lilia Delgado, presentó un análisis sobre el estado actual de la bancarización en el país.
Delgado identificó varios problemas que lo están obstaculizando, entre ellos, la falta de regularidad en los depósitos de ingresos por parte de los actores económicos, la no implementación de plataformas de pago electrónico en muchos establecimientos, y la no aceptación de pagos electrónicos a pesar de contar con los medios para ello.
Uno de los datos más alarmantes presentados es que solo 3.77 % de las transacciones se realizan de manera digital, lo que significa que por cada peso en efectivo en circula