A inicios de 2024, la base de datos en línea World Prison Brief (WPB) precisó que Cuba era el segundo país con más personas encarceladas, solamente superado por El Salvador.
En los centros penales cubanos permanecen al menos 90 000 prisioneros, según la información que entregara Prisoners Defenders (PD) a WPB en 2020. De acuerdo con PD, en el archipiélago existen alrededor de 794 presos por cada 100 000 habitantes.
Varias organizaciones han denunciado las malas condiciones en las cárceles cubanas. La última actualización del programa Centro de Documentación de Prisiones Cubanas sobre la situación en las cárceles expone que en ellas existe mala alimentación, proliferación de enfermedades, falta de atención médica, torturas y violaciones a derechos humanos.
El colectivo Cuba Liberación Negra lanzó la campaña «Alto a la criminalización». El objetivo es generar un espacio de diálogo y aprendizaje en la sociedad civil cubana en torno a las personas privadas de libertad, al abolicionismo penal y a la justicia transformativa y restaurativa.
La iniciativa se puede encontrar en las redes del colectivo y busca propiciar la reflexión sobre la situación de los reclusos y abordar alternativas al actual sistema penal cubano.
En declaraciones a elTOQUE, el colectivo explicó que uno de los objetivos clave es «guiar, orientar a familiares, amigos, a la comunidad en general ante la situación de las personas privadas de libertad, brindando información y herramientas, teniendo en cuenta las necesidades de estas personas».
La intención del colectivo es, a través de diferentes contenidos, propiciar el aprendizaje, entregar herramientas, recomendaciones acerca de la situación de estas personas encarceladas y donde la familia y la comunidad tengan un papel preponderante.
La campaña gira en torno a varios ejes temáticos. El primero, la recuperación de la visión humanista en relación con las personas privadas de libertad. Para ello, han creado la etiqueta #SonPersonas y pretenden hacer un llamado a la ciudadanía, familiares e hijos de personas privadas de libertad para reconocer públicamente que «son personas, independientemente del error que hayan cometido. Son personas que están sobre la tierra y pueden contribuir —contribuyen— a la sociedad, aun estando privadas de libertad».
Otro eje es la desmitificación de los estereotipos relacionados con el racismo y cómo el racismo estructural estimula la existencia de los prejuicios que afectan a las personas negras que componen en gran medida la población penal cubana.
La campaña aborda fenómenos como el miedo al negro y el perfilamiento racial de las personas privadas de libertad en Cuba.
El miedo al negro, según el colectivo, se traduce en ciertas actitudes y prejuicios que se reproducen a diario en Cuba porque «se considera que las personas negras son más violentas y fuertes».
Entre los ejemplos asociados con el miedo al negro está cruzar de acera si detrás viene una persona negra o cuando los sitios se reservan el permiso de admisión a personas n