Fotos: Alexis del Toro
Más de 200 kilómetros quedaron atrás y ya estábamos frente al cartel de bienvenida a la tierra del níquel en Holguín: el municipio de Moa. Sin quitarnos el polvo del camino emprendimos la jornada en la cotidianidad de este territorio, donde hay un amplio movimiento de transformación para bien de los lugareños, que ahora se multiplica vísperas del Día de la Rebeldía Nacional.
Hay mucha riqueza en esta tierra más allá de las fértiles minas y las industrias que procesan sus “frutos”. Sin dejar de ser el motor más importante de la economía aquí, el níquel no es lo único que enorgullece a los moenses, pues bien saben cuánto empeño emana de diferentes sectores y de la población para mejorar su calidad de vida.
Lo pudieran contar sus propios dirigentes, ese equipo joven y cohesionado entre Partido y Gobierno, cada uno desde sus diferentes misiones, con el sentir único de obrar por el bien común, el del pueblo moense, razón de ser de cada una de las acciones, tareas, e ideas que se emprenden para lograr esos propósitos, en medio de las mismas vicisitudes que enfrenta la Cuba de hoy y de las que no está ajena Moa, pero también lo cuenta su propia gente, que agradece sobremanera todo beneficio que les haga enamorarse más de su terruño, donde decidieron realizar sus vidas.
No ha sido una varita mágica la que ha impulsado la motivación y resuelto un grupo de problemas en este territorio, algunos con la marca de años ya, sino la unión de esfuerzos y voluntades, como nos dijera Pável Torres Breff, intendente del municipio, quien asegura que la unidad en todos los sentidos y la disposición del pueblo de Moa es lo que ha permitido mejorar servicios y exhibir resultados apreciables en el entorno social, económico y productivo.
¿Cómo lo han logrado? Es la interrogante que asalta inmediatamente, a la que responde el intendente: “Con la exigencia, el control, la búsqueda de soluciones y alternativas y el propio aporte de las empresas del territorio a sus trabajadores que son pueblo también, y en gran medida a la contribución territorial para el desarrollo local.
“Son aportes sustanciales que hemos sabido aprovechar para potenciar lo económico-productivo, la producción de alimentos y la industria manufacturera,de modo que se generen más ingresos que puedan sustentar lo relacionado con lo social, dígase la reparación de consultorios, escuelas, las bodegas de Comercio, entre otros escenarios”, explica.
De acuerdo con Pável, en el último año estos aportes superan los 140 millones de pesos en moneda nacional, con gran participación de las empresas productoras de níquel “Che Guevara” y “Pedro Sotto Alba”Moanickel SA.
La contribución territorial: una realidad tangible
Emplear cada peso generado por el uno por ciento de las utilidades de las entidades en la solución de los problemas que más aquejan a la población no ha sido tarea resuelta arbitrariamente, sino de forma colegiada con los 21 miembros del Consejo de la Administración y la aprobación de la Asamblea Municipal del Poder Popular con sus 88 delegados, siempre teniendo en cuenta los planteamientos, criterios y las inquietudes del pueblo.
Bien lo sabe Armando Batista, presidente del consejo popular “Las Coloradas” hace 14 años y con vasta experiencia en sus más de 20 años de la