PUERTO PADRE, Cuba.- Proclamada el 4 de julio de 1776, este jueves la Declaración de Independencia de las otrora 13 colonias del imperio británico cumple 248 años. Pero la independencia, libertad y soberanía enunciados en esa proclama fundamental, redactada principalmente por Thomas Jefferson e inspirada en los derechos naturales y universales de toda la humanidad, no se concretarían hasta siete años después de duras batallas, cuando el 15 de abril de 1783, mediante la firma del Tratado de París que fuera aprobado por el Congreso poco después, en septiembre, Estados Unidos se instituyó como Estado independiente con plenos derechos. Así y todo a la sazón, a las ex 13 colonias les faltaba lo más importante para convertirse en una nación: unirse.
Cabe preguntarse: ¿Cómo personas tan dispares consiguieron liberarse de una monarquía, instituyéndose cual república mediante una revolución? ¿Cómo, pasados dos siglos en los que ha enfrentado guerras internas y externas, así como ataques abiertos o encubierto a sus principios y valores, al día de hoy se mantiene como una nación democrática, fuerte, pese a los encontronazos que vemos a diario entre su gente y sus líderes…?
Ciertamente, Estados Unidos es fruto de reclamos civiles que concluyeron en una revolución, pero no en una revolución cualquiera. Por sus antecedentes históricos, los de la revolución francesa, la revolución bolchevique y más cerca en el tiempo y en la geografía los precedentes de la revolución cubana y la nicaragüense, vemos que son las revoluciones agitaciones sociales que generan violencia en gran escala, nacionales y allende las fronteras y que han concluido en anarquías, en dictaduras de un solo partido o en prosaicas dictaduras personales o familiares, por lo que resulta útil preguntar: ¿Por qué la revolución de las 13 colonias no concluyó co