LA HABANA, Cuba. – La construcción de viviendas en Cuba constituye un problema al que no se le ve solución. Cada vez que las autoridades analizan el tema, la situación que aflora es crítica. Así sucedió durante la más reciente reunión del primer ministro, Manuel Marrero Cruz, con los gobernadores provinciales. Se dijo que al cierre del mes de mayo todas las provincias han retrocedido en el cumplimiento del Plan de la Vivienda y en el programa de la producción local de materiales de la construcción.
En la referida cita trascendió que en ese lapso solo se habían construido el 0,8% de los inmuebles que se necesitan para eliminar el déficit habitacional en el país. Y en lo referido a los materiales de construcción, el panorama también es desalentador, ya que lo producido representa menos del 0,5% de la necesidad en todos los renglones. Una situación que, por supuesto, incide en el bajo número de viviendas terminadas.
La maquinaria castrista del poder ya no sabe qué hacer para enfrentar este problema, uno de los más acuciantes que padece la sociedad cubana. Se han cambiado los cuadros que atienden la construcción de viviendas en el Ministerio de la Construcción, y hasta se ha evaluado la posibilidad de volver a los tiempos de las microbrigadas sociales, para que los propios necesitados construyan sus viviendas. Pero, en la realidad, nada se logra para revertir tan sombrío escenario.
Ahora, para colmo de males, el señor Marrer