Zoológico de Chapultepec, uno de los más importantes de América Latina. Foto: Archivo.
Aunque para la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA), no existe un concepto definitivo sobre los zoológicos, podemos afirmar de manera genérica que este es una institución que albergan animales salvajes de diferentes especies para realizar estudios de interés científicos, para conservar y criar especies en peligro de extinción y para su exposición al público con fines didácticos.
Aunque el concepto del jardín zoológico es contemporáneo, desde hace miles de años el hombre se ha empeñado en albergar animales salvajes. La propia terminología data del apogeo de la civilización griega, “zoo” (zωο) significa “animal” y “logos” (λóγος), “estudio”.
Los “zoológicos” de la antigüedad
No se puede saber con exactitud desde cuándo el hombre inició la práctica de mantener en cautiverio a animales salvajes para fines religiosos, investigativos o de exhibición.
Las primeras referencias datan de alrededor de 3500 a.C. en Babilonia cuando los reyes albergaban animales salvajes como leones y aves rapaces.
En el Antiguo Imperio Egipcio ocurría algo similar, los faraones habitualmente rendían culto a los animales salvajes y en los templos albergaban diferentes especies exóticas como jirafas, monos, cocodrilos, entre otros.
Representación de animales salvajes en Egipto. Templo Deir el-Bahari, siglo XV a.C. Foto: Archivo.
En la civilización romana algunos jefes del Estado tuvieron sus propias colecciones. Durante la República algunas legiones emplearon esporádicamente elefantes como infantería pesada en las guerras.
Durante el apogeo del coliseo romano y las batallas de los gladiadores era relativamente habitual que los comerciantes compraran en África animales exóticos para presentar batalla en la arena. Si bien esto dista mucho de los nobles fines de un zoológico es un reflejo de toda la estructura logística y económica que se necesi