Hace casi una década, la estrella del voleibol mundial, el santiaguero Wilfredo León, recibió la nacionalidad polaca tras años viviendo y jugando en el país europeo, donde está casado y tiene dos hijos.
León contaba con un mánager polaco cuando tras el Mundial de 2010 se revalorizó en el mundillo del voleibol y como se suponía quiso probarse a nivel profesional, algo que no existía ni existe en Cuba.
Además, estaba su pareja y Polonia sería la primera y finalmente única opción para el atacante.
Cuando recibió la nacionalidad, tras más de un año sin poner un pie en el taraflex a nivel competitivo, el santiaguero balbuceaba varias palabras en polaco.
Casi diez años después del trámite, León habla y escribe en el idioma de su país de adopción, tiene dos hijos polacos y no tiene deudas de gratitud con otra nación que no sea con la que le dio una vida digna y le facilitó sus sueños.
«Hubo una mezcla de razones, incluido el hecho de que mi esposa es polaca y no podía verla fuera de Cuba. Además de eso, necesitaba jugar en el extranjero para mejorar mi nivel, así que si quería subir el listón, tenía que tomar esa decisión», dijo recientemente al sitio Olympics.
Mucho tuvo que esperar el cubano para colgarse la camiseta de Polonia a nivel internacional, pero desde hace un lustro no solo la defiende, sino que conquista títulos y reconocimientos con ella.
En 2019, consiguió un tercer lugar en el Campeonato de Europa, un segundo puesto en la Copa del Mundo y el título de la Liga de Naciones en 2023.
Esta temporada pudiera ganar otra presea en la misma competición, previo al gran evento de los Juegos Olímpicos