¡Cuba?… que la pongan en la lista
La noticia es que el Departamento de Estado mantiene a Cuba en la lista de países que no se esfuerzan lo suficiente por enfrentar el tráfico de personas. Pone a la Isla en el nivel más alto, el número 3, junto a China, Irán, Corea del Norte, Rusia, Siria y Venezuela, entre otros.
El informe, que se hace anual, fue presentado esta semana por el secretario de Estado, Anthony Blinken, junto a la embajadora al frente de la Misión Especial de la Oficina de Vigilancia y Lucha contra la Trata de Personas.
La inclusión de Cuba en el nivel más alto de este reporte se debe a supuestas medidas coercitivas a todos los trabajadores gubernamentales que laboran en el exterior, especialmente los de las misiones médicas.
«Cuba tiene una política o patrón gubernamental para hacer dinero del trabajo forzado en programas de exportación de trabajo que incluye a misiones médicas en el exterior», afirma el informe que hace un análisis de la situación de varios países.
El otro argumento utilizado es que quienes abandonan estas misiones médicas se convierten en «desertores» y se les impide regresar a Cuba durante ocho años, lo cual separa a muchos de sus familias, esta ha sido una denuncia habitual de la comunidad cubana en el exterior que ha exigido más de una vez que esto cambie.
La porción del documento que habla de Cuba incluye informaciones hoy desactualizadas, como que los migrantes desde Cuba pierden todos sus derechos como ciudadanos y sus propiedades en la Isla si permanecen más de 24 meses en el exterior, un límite que ha sido flexibilizado desde la pandemia, y que en el reciente proyecto de ley sobre Inmigración y Extranjería se elimina del todo. Actualmente no se pierden las propiedades por emigrar, según afirmaron las autoridades en una conferencia de prensa reportada en la televisión cubana.
El documento se centra en denuncias presentadas ante la Corte Penal Internacional y la ONU que afirman que los trabajadores de misiones médicas en el exterior no se ofrecieron como voluntarios, y que no sabían cuál era su destino. «Según las denuncias y los supervivientes, los jefes de misión cubanos en el país sometían a los trabajadores a vigilancia, les impedían relacionarse libremente con la población local y les imponían un estricto toque de queda. Cuba también confiscaba entre el 75 y el 90 por ciento del salario de cada trabajador».
El informe va más lejos e indica que el relator especial de la ONU para las Formas Contemporáneas de la Esclavitud presentó una nueva comunicación en la que exponía las preocupaciones persistentes con respecto al programa.
Esta noticia significa que las misiones médicas en el exterior siguen siendo objetivo en el esquema de enjuiciamiento de Estados Unidos con el Estado cubano, ya que esta forma de exportación de servicios profesionales ha sido una vía fundamental de ingresos para el gobierno de la Isla.
Las misiones médicas, si bien comenzaron como acciones de solidaridad y diplomacia pública, han terminado siendo un lucrativo programa para el gobierno de Cuba. Es una realidad que el gobierno retiene una parte del ingreso que se paga por el trabajo del profesional de la salud o de otros sectores, un dinero que afirman se dedica al sostenimiento de servicios públicos como la salud y la educación.
También es conocido el régimen al que son sometidos estos profesionales, que incluye la prohibición de entrar al país por ocho años en caso de abandonar la misión médica.
No obstante, hasta el momento no se ha podido probar que los médicos no asistan a estas misiones voluntariamente, y si bien no obtienen todo el ingreso que pagan esos gobiernos por ellos, muchos ven esta posibilidad como una salida de la pobreza, o la solución de problemas urgentes en el orden doméstico y personal.
Recordemos que los médicos en Cuba de mayor calificación o nivel de especialización no ganan más de 7000 pesos cubanos. Para este boletín, La Joven Cuba consultó con varios doctores y afirmaron que hay amplias diferencias en lo que se puede cobrar en las misiones. La cifra varía considerablemente en dependencia del país, por ejemplo, en varios países africanos y del Medio Oriente los montos pueden ser superiores a los 1000 dólares mensuales, sin embargo, en Venezuela pude ser incluso menos de 100.
Las formas de pago también son diversas, algunos cobran en USD y otros en MLC. También las condiciones de pago varían en dependencia de la misión, aunque por lo general una parte importante del salario se retiene en Cuba hasta que no culmine el período acordado. En todos los casos sí se les mantiene el salario cubano, entregado mensualmente a la familia.
Asimismo, según los médicos que hablaron con LJC, en el lugar pueden existir algunas prácticas de control de movimiento, sobre todo si están en zonas de conflicto o violentas, pero estas también varían en dependencia de las misiones y, sobre todo, de los funcionarios que estén al frente.
De acuerdo con un concepto de la ONU, la trata de personas es «la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas mediante el uso de la fuerza, el fraude o el engaño, con la intención de explotarlas con fines lucrativos».
La realidad es que todos los médicos que están en estas condiciones conocen el destino, y aceptan voluntariamente participar en el programa. Algunos se han negado a ir cuando lo ofrecido no ha sido considerado favorable por ellos. Hasta ahora, nadie ha podido demostrar que los galenos sean obligados en la Isla a ofrecer sus servicios en el exterior.
Nuestra opinión es que tildar estas prácticas como trata de personas o esclavitud constituye una lectura politizada e inexacta. El objetivo principal es torpedear programas que son una vía de ingresos para el gobierno y se erigen como acciones de diplomacia pública q