CARACAS, Venezuela- El oportunismo, como si fuese mala hierba, crece en la Casa Blanca. Así de retorcidas y venenosas, sacando provecho de los demás, son las intenciones del Gobierno norteamericano cuando de Venezuela se trata.
En 2019 -con la complicidad del autoproclamado presidente interino de Venezuela, el títere Juan Guaidó- Washington bloqueó, mediante una Orden Ejecutiva, los bienes de la estatal petrolera PDVSA. Asimismo, la privó del control sobre su más grande filial en el exterior: CITGO Petrolerum Corporation, que «casualmente» se encuentra en Estados Unidos.
A partir de ese momento no han cesado las acciones ilegales en contra de la filial, que de manera «fortuita», es una de las más grandes del imperio del norte de América. El cenit de ese show extraterritorial es la comercialización de CITGO, cuyo calendario ha variado notablemente desde octubre de 2022.
«Por obra del azar», cuando resta alrededor de un mes para que el pueblo de esta nación vaya a las urnas en busca de su presidente, la Corte de De