MADRID, España.- Berta Soler, líder del movimiento disidente Damas de Blanco, se ha consolidado como una figura emblemática en la lucha por los derechos humanos en Cuba. A sus 60 años, Soler continúa desafiando al régimen cubano, a pesar de la represión constante que enfrenta. Desde 2022, ha sido detenida casi todos los domingos cuando intenta asistir a misa en la iglesia de Santa Rita, un acto que simboliza su protesta pacífica y su exigencia de libertad para los presos políticos en la Isla.
En una reciente entrevista con la agencia EFE, Soler destacó que la clave de su lucha radica en la “resistencia y conciencia”. Ella afirma que, a pesar de la represión, su espíritu no se ha quebrantado y sigue firme en su propósito.
El compromiso de Soler con la causa de los derechos humanos se remonta a 2003, durante la Primavera Negra, cuando 75 disidentes fueron encarcelados por el Gobierno cubano. Fue entonces cuando surgieron las Damas de Blanco, el movimiento formado por las esposas, madres y familiares de estos presos, quienes comenzaron a asistir a misa vestidas de blanco y portando gladiolos, como símbolos de paz y pureza. La labor de estas mujeres no ha sido fácil; han enfrentado hostigamiento, arrestos y repres