- Por Alionuska Vilche Blanco / estudiante de periodismo
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La vida de Vianki González Miranda se ha visto marcada por la danza desde que era pequeña. De sus primeros encuentros con el baile, recuerda los pasos de casino y salsa. Aunque no tuvo referentes, había demostrado que el baile le venía en la sangre, esto provocó que un amigo de su madre la llevara a realizar las pruebas de aptitud de ballet.
Graduada de la entonces Escuela Vocacional de Arte Raúl Gómez García en 1988, realizó el Nivel Medio en la Escuela Nacional de Danza Moderna y Folclórica. Durante más de 30 años integró la Compañía de Danza Contemporánea Codanza, de la que es fundadora, ha participado en disímiles eventos y giras al extranjero.
Vianki recibe el premio Alberto Dávalos.
El carácter inquieto, alegre, rupturista e innovador que la ha caracterizado a lo largo de su trayectoria, le ha permitido ser la mujer, coreógrafa, bailarina y profesora que es, además de ser reconocida con importantes galardones, entre los que se encuentra el Premio Alberto Dávalos 2024.
¿Cuándo te interesaste por la coreografía?
Fue después de entrar a Codanza. Al principio, no estaba segura porque creía que no tenía los conocimientos necesarios. Luego, me di cuenta de que era un arte que venía conmigo, un don, y tenía que desarrollarlo. Todavía hoy, siento que me queda mucho por aprender y crear.
¿Qué es para ti coreografiar?
Es tener la libertad de representar lo que habita en mi mente, una forma de expresarme. En realidad, la coreografía es efímera: la montas, la ves y adiós. No obstante, amo el proceso de convertir en movimientos lo que ocurre en mi cabeza.
¿Cuáles de tus obras te han marcado profundamente?
Recuerdo aquel solo que monté en la Casa del Ballet, donde radica el Teatro Lírico; Inspiración se titulaba. Esa fue mi primera obra, no una de las mejores. Por otro lado, una de las piezas que me marcó muchísimo fue Estación para pensar. Esta la monté en un momento difícil de mi vida. Cuatro amigos poetas de la ciudad escribieron un poema de título homónimo especialmente para esta coreografía de casi una hora de duración, con más de siete cuadros y un diseño de vestuario bastante complejo. De esa obra me siento muy orgullosa.
Además de coreógrafa y bailarina, ¿de qué otra forma te definirías?