Entre otros problemas que inciden en las actuales vulnerabilidades de infancias y adolescencias en Cuba, la Política Integral de Niñez, Adolescencias y Juventudes reconoce el incremento de las desigualdades sociales y económicas.
Aprobada por el parlamento (Asamblea Nacional del Poder Popular) en julio de 2023, dicha política está dirigida a integrar a los factores que intervienen en las diversas condiciones de desarrollo de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, articular sus derechos y concebirlos como actores estratégicos de la sociedad cubana.
Esta se configura teniendo en cuenta el actual contexto sociodemográfico de la nación caribeña, con una población envejecida y una disminución de los grupos de edades de 6 a 11, de 12 a 14 y de 15 a 18 años, a partir de la contracción de los nacimientos en las últimas décadas y el aumento de la emigración.
Limitaciones al pleno desarrollo
Una de las mayores fortalezas de ese documento normativo es su concepción integral y contextualizada no solo de las potencialidades, sino sobre todo de los fenómenos que limitan el pleno desarrollo de infantes, adolescentes y jóvenes cubanos.
Entre ellos se identifican la desarticulación entre políticas, programas y planes sectoriales dirigidos a tales grupos y la ausencia de un mecanismo nacional de coordinación; la diferenciación en los rangos de edades para la determinación de la niñez, la adolescencia y la juventud en las políticas y regulaciones sectoriales, que generan inconsistencias en su tratamiento.
También se menciona la dispersión de información estadística y el insuficiente aprovechamiento de la existente para la evaluación sistemática de la situación de estas poblaciones; y el debilitamiento de sus espacios y mecanismos para participar en la formulación, implementación y evaluación de políticas que les conciernen.
Además, se destaca el incremento de las desigualdades sociales en el plano estructural, debido al aumento de disparidades económicas que colocan a segmentos de niñez, adolescencias y juventudes en condiciones de vulnerabilidad.
Otros problemas específicos incluidos en la contextualización de la Política son el estado de la cobertura docente en varias provincias y municipios de Cuba, así como la falta de exigencia en algunas familias hacia el cumplimiento de la obligatoriedad de la enseñanza hasta el noveno grado.
Por otro lado, se subraya el inicio precoz de las relaciones sexuales, las elevadas tasas de embarazos e interrupciones voluntarias en la adolescencia; las escasas y poco diversas opciones culturales, recreativas y para la práctica de actividad física de estas poblaciones, fundamentalmente a nivel territorial, en zonas rurales y montañosas.
En sentido general, la Política Integral de Niñez, Adolescencias y Juventudes reconoce los principios de todos los derechos para niños, niñas, adolescentes y jóvenes cubanos; el desarrollo integral teniendo en cuenta todas las áreas de formación de la personalidad; y el ciclo de vida, considerando los rasgos diferenciadores de cada grupo etario. |
Asimismo, se reconoce el insuficiente aprovechamiento de elementos de la cultura nacional en las imágenes diseñadas para estos grupos y la carencia de recursos económicos que garanticen la vivienda y la adquisición de bienes duraderos para las jóvenes generaciones.
El documento también menciona la baja prioridad dada a gustos, intereses y necesidades de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en las limitadas posibilidades de producción de bienes y servicios de que dispone el país.
Un lugar importante lo ocupan las dificultades para el acceso equitativo de infantes, adolescentes y jóvenes a dispositivos electrónicos, debido a sus altos costos; la demanda de contenidos audiovisuales de plataformas foráneas (incluidos los videojuegos) y la escasa oferta de producciones nacionales.
En sentido general, la Política Integral de Niñez, Adolescencias y Juventudes reconoce los principios de todos sus derechos, el desarrollo integral teniendo en cuenta las diversas áreas de formación de la personalidad; así como el ciclo de vida, al considerar los rasgos diferenciadores de cada grupo etario.
Además, aplica el enfoque generacional, de equidad (que tengan las mismas oportunidades de desarrollo y bienestar de acuerdo con sus potencialidades), de interseccionalidad (identifica las intersecciones en las que se requiere priorizar la atención), de participación e intersectorialidad.
Este texto constituye un marco político de largo plazo, articulador de las normativas existentes en Cuba para el bienestar de dichos grupos poblacionales, y orientada a propiciar su protección y desarrollo integral, desde un enfoque intersectorial, interinstitucional y de equidad.
Otras legislaciones en favor de infantes y adolescentes
La protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes ha constituido un pilar esencial del Estado cubano desde el propio triunfo de la Revolución. Esta voluntad se ha expresado en diversas políticas sociales dirigidas a garantizar el bienestar y el potencial de desarrollo de estos grupos poblacionales.
Cuba es Estado parte de la Convención sobre los Derechos del Niño desde 1991. En consonancia con ello, la Constitución del país los reconoce como sujetos de derecho, sin distinción de sexo, color de la piel, origen social, territorio de residencia u otra variable.
En este sentido, la Constitución cubana también declara como prioridades el pleno acceso y el derecho de infantes y adolescentes a la salud, la educación, el deporte, la recreación y la participación activa en todas las áreas y los temas que les atañen.
En su artículo 86 la Ley de leyes establece la obligación del Estado, la sociedad y las familias de brindar especial protección a niñas, niños y adolescentes y garantizar su desarrollo armónico e integral. Estos grupos, además, están protegidos contra todo tipo de violencia.
En su artículo 3, el Código de las Familias plantea:
“Las relaciones que se desarrollan en el ámbito familiar se basan en la dignidad y el humanismo como valores supremos y se rigen por los principios siguientes: igualdad y no discriminación, pluralidad, responsabilidad individual y compartida, solidaridad, socioafectividad, búsqueda de la felicidad”. Otros valores referidos son equidad, favorabilidad, respeto, interés superior de niñas, niños y adolescentes; respeto a las voluntades, deseos y preferencias de las personas adultas mayores y personas en situación de discapacidad; equilibrio entre orden público familiar y autonomía y realidad familiar. |
Como parte de la amplia legislación cubana que ampara a estas poblaciones sobresalen también el Código de las Familias y el Sistema de Atención a Menores (a partir del Decreto-ley 64 de 1982).
Desde su aprobación en 2022, el Código de las Familias colocó en el centro de sus regulaciones el concepto de interés superior del niño, enarbolado por la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño desde 1989.
A partir de esto, cada decisión que haya que tomar en los tribunales deberá tener en cuenta, en primera instancia, la voluntad de velar, proteger y reconocer los derechos de la infancia. Este aspecto representa un cambio de paradigma en el marco legal cubano, que deja de ver al niño como objeto de protección para entenderlo como un sujeto de derechos.
En el caso específico de menores de 16 años que incurren en hechos que la ley tipifica como delitos o que presentan trastornos agravados de la conducta, existe la voluntad estatal de no considerarlos como sujetos del derecho penal, sino que pasan a ser atendidos por el Sistema de Atención a Menores.
Este se distingue por un enfoque preventivo, educativo, despenalizado y enfocado en la reinserción social y escolar, respaldada por la necesaria interrelación multisectorial, entre Organismos de la Administración Central del Estado, las familias, las escuelas y las comunidades.
Programas enfocados en la primera infancia
Asimismo, el Estado prioriza el desarrollo integral de la primera infancia a través de programas de educación y salud, como el Programa de Atención Materno-Infantil, el programa Educa a tu hijo y la atención en los círculos infantiles. En este sentido, la cobertura de atención a la primera infancia es del 96%, mediante modalidades formales y no formales.
Educa a tu hijo está dirigido a preparar a las familias para que, a partir de sus propias experiencias y saberes, desarrollen acciones educativas con sus hijas e hijos desde las condiciones del hogar.
Conecta a representantes de los distintos organismos estatales y organizaciones sociales (Salud, Cultura, Deporte, Federación de Mujeres Cubanas, Comités de Defensa de la Revolución, entre otros), que operan en el contexto de la comunidad, integrados en un grupo coordinador que lidera el Ministerio de Educación.
Un aspecto relevante del programa es que se inicia con la atención a las embarazadas y aprovecha los propios espacios diseñados por el sistema de salud. De este modo, se les ofrecen a las futuras madres las orientaciones educativas que aseguran su preparación para estimular el desarrollo de su descendencia durante el embarazo y al nacer.
Educa a tu hijo cuenta con una colección de nueve folletos, que contienen orientaciones a las familias sobre las características y necesidades de niñas y niños de 0 a 5 años en cada etapa de su crecimiento.
De igual modo, la atención a infantes y adolescentes en situación de discapacidad constituye también una prioridad estatal. En alianza con otras instituciones, familias y comunidades, el Ministerio de Educación aplica otras variantes de inclusión socioeducativa, a partir de la incorporación a las aulas de la enseñanza regular en los niveles preesc