Fundación de la ciudad de Baracoa. Grabado. Anónimo. Archivo Nacional de Cuba.
La Villa Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, primer asentamiento hispánico en Cuba, se fundó en 15111 por el adelantado don Diego Velázquez de Cuéllar, junto a 300 voluntarios, entre los que se encontraban algunos que habrían de alcanzar notoriedad, como el padre De las Casas y el conquistador del imperio azteca, Hernán Cortes.
El hecho de que fuera denominada Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, hace suponer que el 15 de agosto, fecha del onomástico de la virgen de La Asunción,2 está asociado a su establecimiento, partiendo de la tradición hispana de asignarle el patronímico del santo que corresponde en el santoral católico al día en que se efectúa el acto inicial. La práctica se demuestra en las numerosas incursiones de este tipo, realizadas en tiempos de la reconquista de los territorios árabes en la península ibérica por las huestes cristianas y en el poblamiento por la Corona Española de las Islas Canarias.
A la designación de indudable ascendencia hispánica lo acompaña el vocablo arauco Baracoa, que da nombre desde tiempos lejanos a esta región, resaltando el estrecho vínculo de los oriundos con su naturaleza y el lugar que esta ocupaba en el imaginario y en la conciencia colectiva de ese grupo humano. Se traduce como “existencia de mar” o “abundancia de aguas”, elemento que permitió la comunicación entre las diferentes islas antillanas a través de las cuales se pobló Cuba.
Un importante factor para la instauración del vecindario es la función que debía cumplir en su lugar de enclave, aspecto indispensable en los inicios del proceso de conquista. En el caso de Baracoa, la propia selección implicaba tareas claras como base para el aprovisionamiento de los asientos erigidos en La Española, y cabeza de puente para penetraciones más profundas en la región, a mediano o a largo plazo. Además, inició un nuevo ciclo de fundaciones en el Caribe, que la convirtió después en eslabón de una amplia red de poblados que conectaban las nuevas comarcas con la metrópoli.
La cercanía del punto, elegido al occidente de La Española, la existencia de la bahía y la presencia de numerosa población aborigen, fueron elementos determinantes para que se consumara el acto.3 Sin dejar de considerar las excelentes condiciones geográficas y climáticas apropiadas para “hacer una villa o ciudad y fortaleza” 4, reconocidas desde los lejanos días de diciembre de 1492, en que el almirante Cristóbal Colón exploró a partir del 1 de diciembre y durante siete días las inmediaciones de la comarca, ocupada por nativos pertenecientes a la cultura más adelantada de las que vivían en la isla, los tainos.5
Detalle del plano de la ciudad de Baracoa de 1868. La flecha en rojo ilustra el recorrido de los tainos antes de la fundación de la ciudad.
Se ubica frente al Canal Viejo de Bahamas, cerca del Paso de los Vientos, ruta de comunicación fundamental entre las Grandes Antillas y la península ibérica, en una terraza marina perteneciente a la irregular franja costera del extremo nororiental de Cuba, al lado barlovento de una pequeña bahía en forma de bolsa.
La importancia política y jurídica del terruño se manifiesta a través de los rangos oficiales que se le concedieron, en una etapa en que los diferentes elementos de la estructura física fueron prácticamente incapaces de albergar las instituciones oficiales para que cumplieran su misión y así tuvieran influencia real en el territorio. Desde los primeros instantes se estableció el Gobierno general, ocupando el rango de capital hasta 1515; poco antes, en 15136, había sido declarada villa y en bula