María Onelia Urbina Reynaldo. Fotos: Jorge Fernández Pérez
Con María Onelia Urbina Reynaldo puedes conversar durante horas, sin notar el paso del tiempo. Las múltiples anécdotas que atesora, como resultado de un recorrido profesional muy fructífero, la han dotado de esa sapiencia que solo resulta de la mezcla del talento y los años suficientes para consolidarlo.
Es, sin dudas, una mujer muy ocupada, y no podría ser de otra forma al llevar sobre sus hombros la dirección de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad de Holguín (UHo); la presidencia de la junta directiva provincial y del comité provincial de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (Unaicc), y sus funciones como docente.
“Me encanta la matemática, pero en mis años de preuniversitario no me gustaba ninguna carrera. Un día, encontré un libro en la biblioteca y, luego de leerlo, me di cuenta de que me atraía la Ingeniería Civil y decidí escogerla. Me gradué en la Universidad de Camagüey como ingeniera civil en obras estructurales, pues en aquel momento la carrera tenía varios perfiles”.
Eso fue a finales de la década del ochenta, del pasado siglo, y, no mucho tiempo después, comenzó su vida laboral en la Empresa Constructora de Obras del Poder Popular, que se encargaba del mantenimiento constructivo.
“Ante la falta de profesionales en el municipio de Rafael Freyre, donde había una agrupación municipal, me mandaron para allá. Viajaba diariamente, hasta que salí embarazada y me quedé en la capital provincial”.
Con especial cariño habla de cada una de las responsabilidades ocupadas, durante sus años de trabajo, pero admite que la planificación física significó un antes y un después en su vida.
“Luego de transitar por varios cargos en la empresa, fui seleccionada para pasar el diplomado de Gerencia Empresarial para las reservas estratégicas del Estado. Posteriormente, me pidieron que asumiera la dirección de planificación física en el municipio de Holguín.
“No contaba con muchos conocimientos sobre esa entidad, solo los elementos esenciales adquiridos en la práctica. Allí llegué en el 2003, muy ávida de nuevos saberes, y tuve muchísimo apoyo de mis compañeros de trabajo.
“Cuando comencé, no sabía si sería capaz de aprenderme fluidamente tantas normas técnicas y legales; sin embargo, con el pa