—El Papa Francisco declaró hace unas horas que «a través del humor puede conseguirse denunciar excesos del poder, dar voz a realidades invisibilizadas, evidenciar abusos o denunciar comportamientos inadecuados».
—¡¿Lo invitaron a inaugurar la Primera Bienal Internacional de Humor Político de La Habana?!
—Nada de eso. Quiso hacer su contribución al evento y organizó en la misma fecha, en el Palacio Apostólico de Roma y con «el objetivo de poner el foco en la importancia del humor y de hacer reír a la gente, sobre todo en tiempos convulsos», una reunión con un centenar de humoristas del mundo entero. «Vuestro talento es un don, un regalo precioso. Junto con la sonrisa, difundís la paz en los corazones entre las personas, ayudándonos a superar las dificultades y a hacer frente al estrés cotidiano. Nos ayuda a encontrar alivio en la ironía y a tomarnos la vida con humor», les dijo.
—¿Había algún cubano?
—La nota de prensa no lo especifica, pero es de dudar: el encuentro de La Habana ha sido tan amplio, tan abarcador, tan ecuménico, que los cubanos de todos los confines lo han acaparado. Si no, cómo explicarse la declaración de la vicepapa de Cultura de Cuba en cuanto a que «esta Bienal rinde homenaje a la larga tradición de hacer política a través del humor en Cuba».
—Pobre muchacha. A esta hora debe tener una patrulla de guard