Coloquio de periodismo cultural en Camagüey. Foto del autor.
¿Qué periodismo cultural hacemos en Cuba? ¿En verdad tiene tantas dificultades como algunos suelen asegurar o son muchas también las luces? ¿Estamos a la altura de la riqueza cultural de nuestra nación o eso es totalmente imposible?
¿Cuáles son las dinámicas al interior de los medios de prensa, su relación con el sector artístico e intelectual y con otros profesionales, que poseen formación favorable para ejercer el criterio con profundidad? ¿Qué otras oportunidades nos brindan las plataformas digitales a los periodistas culturales de hoy? ¿Cómo saltar por encima de las complejidades en lo social y el diarismo para ser consecuentes con ese tipo de periodismo especializado?
Podría agregar muchas más preguntas. Hace poco participamos en el séptimo Coloquio de Periodismo Cultural, realizado del 5 al 8 de junio en Camagüey por la Asociación Hermanos Saíz y la UPEC, y la diversidad de los intercambios, entre certezas, insatisfacciones y anhelos, nos hacen teclear con rapidez. Allí estuvimos jóvenes profesionales, de diversas provincias, y también otros de más experiencia, como el multipremiado Yuris Nórido y Francisco Rodríguez Cruz, vicepresidente nacional de la UPEC.
Muchos son los retos del periodismo cultural en Cuba, con predominio excesivo de la información y lo descriptivo, aunque eso también tiene mucho valor. A los desafíos tradicionales se suman otros relacionados con plataformas digitales, redes sociales y un complejo entramado comunicativo y social, que demanda un ejercicio de la opinión y la crítica sobre temas artísticos y culturales en general cada vez más profundo.
Lo primero será siempre el conocimiento, la voluntad, la superación y la capacidad de análisis de las obras y los sucesos creativos. Resulta muy difícil que un profesional de la prensa tenga todas las herramientas para el reflejo profundo y el análisis del teatro, la danza, la literatura, el cine, el patrimonio, las artes visuales…; por eso es tan pertinente el trabajo conjunto y la inclusión de personas que ya ejercen la crítica en otros espacios, o tienen la formación para hacerlo, como dramaturgos, musicólogos o autores con prestigio, aunque ello implica dominar también dinámicas de los medios y el periodismo.
Debemos evitar las disputas entre ciertos sectores de profesionales, que se critican unos a otros, cuando lo más favorable sería trabajar juntos en pos de más y mejor crítica en los medios y el mundo web.
Su realización con calidad tiene vital importancia para los creadores, la formación de los públicos y eso que tanto se menciona: jerarquías artísticas, aunque esto en particular merece otros análisis en tiempos en que propuestas que nunca han salido p