Durante una reunión en Santiago de Cuba, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel aseguró que en el país más del 50 % de las cuentas fiscales no tienen ingresos declarados en 2024 y que se están evadiendo impuestos.
Las declaraciones de Canel fueron la continuación de un llamado a «revisar» los precios de las mipymes en Santiago de Cuba, aunque no hizo alusión a los precios de entidades estatales, también altos.
Dijo que si se conocen los productos que importan las mipymes y sus precios posteriores de venta, se pueden calcular los ingresos que deberían tener.
Aunque no es la primera vez que el Gobierno cubano hace alusión a la evasión fiscal de los actores económicos, la cifra que informó el mandatario revela un escenario interesante.
¿Por qué las cuentas no tienen dinero?
En el contexto cubano actual, la narrativa del Gobierno sostiene que la falta de uso de cuentas fiscales de las empresas es sinónimo de evasión fiscal. Sin embargo, la perspectiva no toma en cuenta una serie de factores operativos que complican la utilización de las cuentas.
Un empresario de Las Tunas, que prefiere mantenerse en el anonimato, explica que el principal obstáculo no radica en la intención de evadir impuestos, sino en las limitaciones impuestas por el sistema financiero del país.
«Desde que empezó la bancarización, al sector privado se nos limitan las extracciones de efectivo en los bancos y cajeros. Casi todo lo que vendo es comprado en el extranjero, por tanto tengo que reaprovisionarme de divisas tras las ventas».
Según explica, las divisas debe comprarlas en el mercado informal y la depreciación del peso cubano lo obliga a manejar grandes cantidades de efectivo.
Si los bancos no tienen dinero para que las personas puedan extraer su salario, muy pocas veces tienen los montos que necesita un negocio privado. «Además, no es ir a sacar y ya. Normalmente se necesita sacar más de 5 000 CUP y también hay que justificar la extracción».
La problemática central, según explica el empresario, es que el dinero depositado en una cuenta fiscal se vuelve prácticamente inutilizable. Las empresas se enfrentan a restricciones severas para acceder a los fondos, lo que incluye dificultades para extraer dinero, realizar pagos y comprar divisas.
En cualquier otro país, una cuenta de empresa permite una operatividad completa y flexible, pero en Cuba las trabas burocráticas y las políticas restrictivas imposibilitan que las cuentas fiscales cumplan su función básica.
Tres emprendedores consultados por elTOQUE aseguraron que estarían dispuestos a declarar el 100 % de sus ingresos y beneficios si pudieran utilizar el dinero en sus cuentas fiscales de manera normal. Sin embargo, la realidad es que el modelo actual obstaculiza el funcionamiento diario de los emprendedores e impide una gestión financiera efectiva.
Las «indicaciones» de la Resolución 111/2023 del Banco Central de Cuba limitan el uso de los cajeros a las personas naturales, por lo que muchos trabajadores del sector privado usan sus cuentas personales para transacciones de sus negocios.
La anterior ha sido la «alternativa» utilizada ante la obligatoriedad de incluir el pago electrónico en los negocios. Sin embargo, la «trampa» —como denuncian de manera recurrente varios usuarios— radica en que los QR ofrecidos para el pago no son de las cuentas fiscales que poseen un descuento.
«Los vendedores dan un QR que lleva directo a Transfermóvil y que hace la transferencia a una tarjeta personal y no a la de una persona jurídica y, por tanto, no tiene el descuento del 3 % por usar canales de pago electrónico», explicaron varios medios de prensa.
De acuerdo con información de Betsy Díaz Velázquez, ministra