LA HABANA, Cuba.- Inquietantes imágenes de una bronca multitudinaria con armas blancas, ocurrida durante un evento por el inicio del verano en el centro recreativo conocido como Finca de los Monos, en el municipio Cerro, se hicieron virales este fin de semana. A plena luz del día, decenas de adolescentes corrían de un lado a otro con machetes, interrumpiendo el tráfico, mientras dos muchachas se caían a golpes sobre el césped. La mayoría alborotaba, azuzaba y grababa aquellas escenas deplorables, que no dejan margen a malentendidos ni “interpretaciones malintencionadas”. Era una exhibición de violencia y pandillerismo juvenil, problema que viene agravándose desde hace varios años y al cual no se le puede poner freno porque no existe voluntad por parte del Gobierno, ni control en las escuelas, ni respeto en el seno familiar.
La prensa oficial ha desmentido que el enfrentamiento causara fallecidos. Solo hubo dos lesionados sin peligro para la vida, que ya es bastante si se toma en cuenta que los muchachos que se pelearon como salvajes tenían menos de 20 años. También ha asegurado que la actividad por el comienzo del verano no fue autorizada por el Estado, a pesar de que días antes la habían anunciado en televisión.
Lo ocurrido no es un caso aislado, como se intenta hacer creer desde los medios estatales. Todavía está fresco el recuerdo de la reyerta en el Malecón, en octubre de 2023, cuando varios jóvenes se enfrentaron con armas blancas y el cuerpo de uno de ellos quedó tendido en la avenida.
El Estado procura minimizar el suceso en la Finca de los Monos y descargar la responsabilidad en el sector privado —supuesto organizador del evento—, la familia, los influencers y la prensa independiente. Pero el toque a degüello del sábado pasado fue una expresión muy peligrosa de la crisis que atraviesa Cuba toda, poniendo especial presión sobre los jóvenes, que cada día ven más distante la posibilidad de alcanzar sus metas en el estrecho marco que impone la continuidad.
La violencia desatada en el Cerro forma parte del mism