El escritor y dramaturgo cardenense Ulises Rodríguez Febles es un atleta de alto rendimiento en el arte; sus temporadas son tan largas, que al parecer no descansa. Su nombre está siempre “en cartelera”. Bien sea por la literatura o por el teatro.
Nuestro primer contacto lo propició la pasión común por el deporte y las letras. Apenas conocernos, me encargó el prólogo de su libro Corriendo con Terry Fox. Y a tono con la obra, el día de la presentación en Matanzas, corrió un maratón hasta la Casa de la Memoria Escénica, la institución que él dirige con celo y entrega mayúsculos en la Atenas de Cuba.
Desde entonces he estado pendiente de su constante movimiento por los múltiples escenarios donde transita a ritmo de vértigo. La mención alcanzada por su obra “Danzón” en el género teatro del Premio Casa de las Américas 2024 me produjo alegría y deseo de leerla. Estas son mis impresiones, resumidas, del libreto.
El danzón: influencias, confluencias, diferencias, en Cuba y México
El libreto de una obra de teatro, como el guion para el cine, aun cuando tiene un valor literario en sí, es una propuesta de representación. Desde ese presupuesto, lo primero que llamó mi atención en “Danzón” es la capacidad del autor para crear un universo polisémico, de gran riqueza para su puesta en escena. El texto de Ulises es sugerente, provocador y muestra su dominio del género.
“Danzón” se vale de un repertorio de símbolos para exponer su contenido a partir de la significación de ese baile en la cultura cubana y de su tránisto desde el siglo xix hasta hoy, arco de tiempo en que irrumpe, se transforma, evoluciona, y traspasa las fronteras.
En su entrada sobre el danzón, el Diccionario Enciclopédico de la música en Cuba, de Radamés Giro, en el inicio del artículo cita al músico Miguel Faílde, por su señalada importancia en la transformación musical y danzaria del género:
“Se bailaba por aquel tiempo en Matanzas un baile d