“Una cosa es que la ley lo permita y otra que los bancos quieran”, dice Carlos Saladrigas sobre las nuevas medidas aprobadas por la administración de Joe Biden que permiten al sector privado de Cuba abrir cuentas en Estados Unidos, entre otros beneficios.
Saladrigas, uno de los fundadores de Cuba Study Group –organización que promueve un cambio pacífico y progresivo en la isla– insiste en que los bancos norteamericanos están sujetos “a una serie de requisitos” que deben cumplir y “el tema Cuba sigue siendo muy escabroso porque la isla continúa en la lista de países que patrocinan el terrorismo”.
Esta semana la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro aprobó una serie de “enmiendas regulatorias” que buscan “apoyar a los empresarios independientes del sector privado cubano y ampliar el acceso a ciertos servicios financieros”.
La normativa permite a los dueños de MiPymes abrir cuentas bancarias en EEUU y restablece la autorización para las llamadas transacciones en “U-turn”, suspendidas en septiembre de 2019.
Pero “esto no quiere decir que mañana un cubano pueda entrar en cualquier banco y abrir una cuenta, eso no va a hacer así tan fácil. Tienen que saber quién eres, de dónde viene tu dinero…”, comenta, y aclara que, en cualquier caso, “hay instituciones bancarias a las que les interesa y que ven posibilidades de ganar dinero de una forma legal y limpia”.
El empresario califica las nuevas medidas como muy “positivas” porque, a la larga, terminarán bajando los precios de los productos.
“Ya no hay que traer cosas de China a un costo de flete altísimo, si las puedes comprar más baratas en Estados Unidos. Todo esto va a redundar en un descenso de precios aunque la inflación siga porque no hay productividad”.
“Otra ventaja muy gra