Reunir en un escenario al músico panameño Rubén Blades y al escritor cubano Leonardo Padura fue todo un acierto de los organizadores de Centroamérica Cuenta, el festival literario más importante de la región que se celebra, por primera vez, en Panamá desde su edición inicial en Managua, Nicaragua, 11 años atrás.
La sala del Teatro Nacional, con capacidad para recibir a setecientas personas, resultó pequeña para la cantidad de personas que allí se reunieron. Tras la bienvenida a los participantes e invitados al evento, dedicado en esta ocasión a la poeta salvadoreña-nicaragüense Claribel Alegría en el centenario de su nacimiento, las diversas intervenciones agradecieron a las instituciones, empresas y personas que colaboraron e hicieron posible su celebración, especialmente al Ministerio de Cultura panameño y al equipo organizador dirigido por la también escritora Claudia Neira.
El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, fundador y presidente del Festival, en el primer segmento de la inauguración, reiteró que Centroamérica Cuenta pretende contribuir a la proyección y difusión de la literatura y la cultura iberoamericana de la región y hacerlo, además, en total libertad de creación y pensamiento, sin ningún tipo de barreras ideológicas y políticas.
Diálogo entre músico y escritor
Durante el segundo momento, que arrancó con el acompañamiento musical del guaguancó escrito por Blades, “Gente despertándose bajo dictadura” (GDBD), el público asistió al encuentro entre el músico panameño y el escritor cubano, quienes se interrogaron mutuamente a lo largo de casi hora y media sobre diferentes aspectos de su trabajo. Padura insistió en que el protagonista debía ser Blades, todo un ícono de la música popular del continente, que además celebra este año el 40 aniversario de su disco Buscando América, una irreverente y arriesgada apuesta que amplió los caminos de la llamada “salsa consciente”. Entre otras cosas, el novelista le hizo hablar sobre la evidente influencia de la literatura en sus composiciones, que en muchos casos cuentan las historias de toda una galería de personajes que viven en un mundo creado por el compositor.
Pero el cantante y actor, que a sus 75 conserva intacta sus energías y su necesidad de emprender nuevos proyectos, no se quedó atrás y obligó al cubano a satisfacer su curiosidad de lector sobre el origen de su vocación, su método de creación y sus influencias literarias. Además de la admiración mutua, ambos creadores también compartieron preocupaciones, deseos y esperanzas sobre el mundo actual, tan necesitado de un cambio que permita alcanzar un futuro mejo