Norita Cortiñas. Foto: Resumen Latinoamericano.
La noticia tan temida finalmente llegó. Se nos fue Norita Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, pero por sobre todo Madraza de todos y todas los que seguimos creyendo en la Revolución y el Socialismo. Se marcha un jueves, no por casualidad, sino como símbolo de esos tantísimos jueves que la vieron rondando la Pirámide de Mayo. Claro que diremos una y mil veces que ella no ha muerto, sino que ha sido sembrada en la tierra de esa Plaza que la tuvo como protagonista desde hace más de cuatro décadas, siempre peleando por los 30 mil, pero también por las y los que desaparecieron y fueron asesinados en estas democracias contaminadas.
A partir de hoy, ni dudarlo, estaremos un poco más solos y solas, justamente en un tiempo donde los peores males parecen abatirse sobre Argentina con la llegada de una ultraderecha devastadora.
En estos tiempos difíciles de guerra bacteriológica imperial, de uniformados disciplinadores en las calles del mundo, de comprobación de lo que ya sabíamos, que el capitalismo es muerte y no tiene escrúpulos para seguir matando, se hace imprescindible hacer un homenaje necesario y que nos ponga a todas y todos en sintonía con lo que significa un símbolo de lucha fundamental que aprendimos a querer y seguiremos invocando en días duros pero también en las pequeñas victorias.
Norita. Madre de Plaza de Mayo con mayúsculas, a partir de aquel momento aciago de abril del 77 en que la patota militar secuestraba y hacía desaparecer a tu adorado hijo Gustavo, y vos, como una tigra que defiende a sus cachorros, saliste a buscarlo removiendo cielo y tierra, hasta que el 30 de abril de ese mismo año comenzaste a marchar en la Plaza y no te detuviste jamás.
Diminuta y poblada de ternura, te fuiste convirtiendo, a punta de dar ejemplo -como pedía nuestro admirado Che- en una batalladora constante, con el pañuelo blanco, inmaculado, como estandarte frente a los opresores.
Jamás le regalaste esa herramienta tan importante como es la autonomía, a aquellos que con cantos de sirena intentaron cooptar tu trayectoria y la de tantas luchadoras. Si hay algo que te destacó a lo largo de los años, es que no sucumbiste nunca ante los cantos de sirena de gobiernos, partidos ni testaferros de la politiquería. Ninguno de estos estamentos, pudo con tu discurso digno, comprometido, consecuente.
No faltaste ni un jueves a la Plaza que las hizo mundialmente admiradas y cuando