La Habana, 31 may.- Mujeres emprendedoras sortean obstáculos relacionados con la deficitaria producción y elevados precios de los alimentos en Cuba y proponen, mediante pequeños negocios, satisfacer necesidades de dietas más saludables y una mejor nutrición para diferentes grupos.
La práctica asidua de ejercicios físicos y la imposibilidad de encontrar en los comercios snacks (aperitivos o pequeñas meriendas entre comidas) con productos naturales, llevó a Camila Martel y Zulema Mesa a crear Zuca saludable, un emprendimiento nacido en La Habana, a fines de marzo.
“Elaboramos granolas, muffins (panquecitos), barritas energéticas y proteicas, al igual que pan de lentejas, sin conservantes, colorantes ni azúcares añadidos, todo con productos 100 % naturales”, detalló Martel a IPS.
Estas características “favorecen una alimentación inclusiva, con oportunidades de consumo para personas diabéticas y celíacas”, aunque “nuestros principales clientes son deportistas y seguidores del fitness (práctica de ejercicios de resistencia, flexibilidad y fuerza, a fin de mantener una buena forma física)”, indicó esta violinista de 35 años y cultivadora de este estilo de vida.
A juicio de Martel, seguir una dieta saludable en Cuba hoy “es complejo”, al tratarse de un tema donde se combinan variables como los precios, acceso a una alimentación variada y cultura sobre cómo nutrirse mejor, entre otras.
Convino en que, si bien en el mundo existen diferencias de precios entre alimentos saludables y no saludables, en el caso de la isla “acceder a alimentos es de por sí caro”.
“Es necesario dar oportunidades a estos productos, sensibilizar a la población sobre los beneficios. Una buena nutrición ayuda a la estabilidad del cuerpo y la mente. Los alimentos muy procesados intoxican. Es un proceso acumulativo, se ve con el paso de los años cuando disminuye la resistencia física o enfermas, sin posibilidad de revertir el daño”: Camila Martel.
Al respecto consideró importante “informarse sobre el aporte nutricional de los alimentos, cómo ayudan a nuestra salud y procurarlos o elaborarlos de la manera más saludable posible”.
Si bien la escasez implica en no pocas ocasiones “comer lo que encuentres”, Martel aprecia que en este propio contexto “personas están buscando cómo alimentarse de forma más saludable”.
“Es necesario dar oportunidades a estos productos, sensibilizar a la población sobre los beneficios. Una buena nutrición ayuda a la estabilidad del cuerpo y la mente. Los alimentos muy procesados intoxican. Es un proceso acumulativo, se ve con el paso de los años cuando disminuye la resistencia física o enfermas, sin posibilidad de revertir el daño”, sostuvo.
En años recientes han emergido en la isla iniciativas autónomas que proponen alimentos sanos, favorecen el consumo de personas con diversas condiciones de salud e incentivan nuevos hábitos dietéticos.
Tal empeño encuentra innumerables desafíos en este país insular del Caribe de 11 millones de habitantes, con una deficitaria producción agropecuaria que mantiene elevados precios y obliga a importar alrededor de 80 % de los alimentos del consumo interno.
Desafíos
Sobre el sector agrícola gravitan numerosos problemas que impiden mayores producciones como la descapitalización industrial y obsolescencia tecnológica; escasez de combustible, fer