LA HABANA, Cuba. – La dama de blanco Sonia Álvarez Campillo ha resistido junto a su esposo, Félix Navarro Rodríguez, las tres veces en las que este ha cumplido prisión política en Cuba. La primera fue en 1992 (tres años de privación de libertad); la segunda, en 2003 (de una condena de 25 años cumplió ocho); y la tercera ocasión, tras las protestas del 11 de julio de 2021 (11J), cuando fue condenado a nueve años de privación de libertad.
Pero ninguna de las circunstancias anteriores ha sido tan difícil como la actual. El régimen cubano no solo ha encarcelado injustamente a su esposo y presidente del opositor Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel Abraham, sino también a su única hija, la dama de blanco Saily Navarro Álvarez, de 38 años de edad.
Mientras que el padre se encuentra en la prisión de máxima seguridad de Agüica, su hija está en un régimen carcelario igualmente de máximo rigor, en la prisión de mujeres La Bellotex, ambas en la provincia de Matanzas.
El poblado de Perico, Matanzas, donde vive Sonia, queda casi en el medio de ambas prisiones. Agüica está ubicado a unos 24 kilómetros (30 minutos) al este, y La Bellotex, en el extremo contrario, a unos 70 kilómetros al oeste (a más de una hora).
“En ocasiones me ponen la visita el mismo día. Imagínate, no me da tiempo ir a verlos a los dos. Eso lo hacen [la Seguridad del Estado] para torturanos psicológicamente, como un castigo. Es muy difícil para mí cuando eso sucede”, declaró a CubaNet Sonia Álvarez Campillo.
El encarcelamiento
Como miles de cubanos, el 11J Félix y su hija protestaron pacíficamente en las calles de Perico, en el contexto de un estallido social nacional. Explica Álvarez Campillo que, al día siguiente, ambos fueron a la estación policial de la localidad para indagar por las personas detenidas durante las manifestaciones.
Los dejaron detenidos ese día. A Saily la liberarían poco después; a su padre lo trasladarían para el centro de operaciones de la Seguridad del Estado en Versalles, Matanzas.
Pese a estar bajo medida cautelar de prisión domiciliaria, en espera de juicio, Sonia asegura que su hija no abandonó el activismo. “Ella seguía yendo a la Iglesia conmigo, todos los domingos. Salíamos y nos detenían, nos llevaban para la Policía y nos liberaban horas más tarde”, cuenta la madre.
Félix Navarro fue acusado de los supuestos delitos de “desacato”, “desórdenes públicos” e “instigación a delinquir”. A Saily Navarro le imputaron los delitos de “desacato” y “atentado”. Ambos enfrentaban peticiones fiscales de 15 y 11 años de privación de libertad, respectivamente.
A finales de enero de 2022, el régimen cubano desarrolló el juicio contra padre e hija; fueron condenados a nueve años de cárcel él y a ocho ella.
Tras el juicio de apelación, desarrollado en abril de ese mismo año, sin siquiera permitirle despedirse de su madre y encadenada de manos y pies, Saily fue trasladada a la prisión.
Condiciones críticas
Padre e hija están encarcelados junto a