En sus dedos enormes gira Cuba. Y mientras más vueltas le da se convierte de a poco en una esfera azul y amarilla. Por unos instantes el accionar de su muñeca es todo el ritmo del país. Para hacer una muralla primero hay que traer las manos de Robertlandy Simón, y después las de los demás. Le llaman “El muro” y el equipo cubano de voleibol, con él a pie de net, ha construido uno ladrillo a ladrillo para conseguir el mejor resultado en una semana de la Liga de Naciones (VNL por sus siglas en inglés). El equipo sumó más de 24 puntos en el ranking mundial y con 261.17 unidades cierra la primera vuelta del torneo en puestos de clasificación olímpica.
Para lograr 3 victorias y una derrota en 5 sets ante Japón, ha tenido que ser un trabajo de precisión colectiva, pero el aporte del atacador central en su regreso a estas lides con Cuba ha sido fundamental en cada aspecto del juego. Lo dicen y no lo dicen las estadísticas: 49 puntos totales con 12 bloqueos y 8 aces. Tercero de todo el torneo, tanto en el servicio como en los tapones, pero lo invaluable es como ha potenciado el trabajo en la net de sus compañeros, como sus 2.08 metros de estatura y su más alto historial lo convierte en una presencia temible para cualquier rival. Simón ha convertido a Cuba en un muro, y a su compañero Javier Concepción en el principal bloqueador del certamen con 14 puntos. Hasta el “pequeño” Miguel Ángel López tiene 7.
Liga de Naciones de voleibol: una imagen con mucha incertidumbre
Aunque nadie vaticinó estos resultados, pues tenían que enfrentar a Brasil, Alemania, Japón e Irán, el botín pudo ser mayor. Pero el equipo es alérgico al polvo, y no saca la escoba. La grandeza de los persas está venida a menos, y la selección criolla los pudo barrer. A pesar de la mejoría, regresan por momentos los fantasmas de la desconcentración, los baches cuando todo parece llano, bajones inexplicables que llevan a perder sets o partidos.
Ante los nipones, Cuba estuvo a un punto de sumar 9 rayas en el escalafón mundial, pero sobrevino una dolorosa remontada cuando en el tie break ganaban 14-11. Fallos de López, Simón y José Massó aparte, el equipo pudo cerrar el choque en 4 parciales. En el tercer set, los errores mentales y el servicio de Nishida conllevaron al triunfo japoneses cuando los caribeños lucían mejor en ataque y bloqueo. Cuba tuvo un 14-10 arriba y terminó el desafío con más puntos totales que los asiáticos y un impresionante registro de 20 bloqueos, compensados con 38 errores, muchos en el saque en momentos claves.
En este choque de sistemas, la fortaleza cubana ante la rapidez y defensa asiática, habíamos caído en el pasado Mundial. Para esta semana, en Brasil, los samuráis le dieron descanso a sus dos principales atacadores: Yuji Ishikawa y Ran Takahashi y rotaron a sus demás atletas en todos los sets, por lo que no siempre apareció su gran armador Sekita o su líder central Yamaguchi. Este contexto era ideal para un desquite cubano, que se llegó a rozar con la yema de