La Casa de África, la historia de la esclavitud en una visita a La Habana. Foto: Abel Padrón Padilla/Cubadebate
Hace 61 años en Addis Abeba se reunían personalidades, líderes de países africanos con intenciones de acercar más la especie humana al raciocinio, ese que la evolución en el tiempo regaló como “superioridad” a los seres humanos. Desde momentos iniciales de la humanidad, mejor dicho, desde momentos iniciales de los hombres en la tierra, la naturaleza toda ha sido testigo de innumerables acciones irracionales; quizá para no perder de vista que pertenecemos, aun así, al reino animal.
Surgía la Organización de la Unidad Africana (OUA) el 25 de mayo del año 1963, lo que hoy conocemos como Unión Africana (UA). A la fecha, no solo se simplificó el nombre de esta organización, ciertamente han disminuido las retóricas sobre el continente africano y se continúa promoviendo la libertad, aun cuando vestigios de la dominación de unos sobre otros, no logra ser rebasada totalmente entre etnias y grupos tribales, muchas veces inducidas por heridas sangrantes de antaño.
Por mucho tiempo el continente africano fue símbolo de atraso, donde sus habitantes, “desconocían qué hacer con sus recursos” cada vez más codiciados por los supuestamente superiores: los de pensamiento colonialista, los que aún perturban como espectadores de sus propias huellas en el continente, azuzando caos y crisis, para, como carroñeros, engullírselos.
Y precisamente es a este tipo de modelo mental, que cree en la superioridad, en el dominio por encima de la dignidad, a lo que dedico este análisis, con el afán de promover un pensamiento crítico sobre lo supuestamente superior o inferior, en las variadas aristas del fenómeno irracional que es el vetusto sentimiento colonizador en pleno siglo XXI. La celebración por el día de África, lo merece.
Cuando se habla de sentimiento, es cuando casi seguro algo pasó por percibirse como posible, se interpretó, razonó, se asimiló, se evaluó, valorizó y se internalizó como sentimiento. En el proceso de prácticas sucesivas colonialistas se obtuvieron sustanciosos beneficios por parte de los ejecutantes, ensanchándose la codicia hasta la notable ceguera actual. A esta fecha, donde la gente se bandea entre el ser o no ser, a partir de las agresione