La frase «nos ha caído un 20 de mayo encima» o «esto ha sido un 20 de mayo» denota lo contradictoria que fue y ha sido para la cultura cubana, incluida la cultura política, la instauración de la república ese día de mayo de 1902.
La discusión nacional sobre el valor de la república, incluso de una república lastrada por la Enmienda Platt, ha quedado sobre la mesa en Cuba durante más de 100 años. Las preguntas se mantienen.
¿La fundación de una república vigilada y controlada por Estados Unidos de América fue una victoria de los independentistas y de los mambises entonces licenciados bajo el orden de la paz?
¿Era posible desmarcarse de las mediaciones estadounidenses después de la intervención y del Gobierno militar establecido en Cuba desde 1898?
¿Se podía aspirar a una república libre con una presencia tan absorbente como la estadounidense desde 1902?
¿Es posible celebrar la república que comenzó legalmente el 20 de mayo de 1902 con Enmienda Platt?
La república era una larga reivindicación de una parte importante del pueblo cubano, sobre todo de la que creyó, trabajó y peleó desde y con las ideas independentistas.
Pero el republicanismo no había sido privativo del independentismo cubano. También desde posturas autonomistas o reformistas se aspiraba a la república como forma idónea para el desarrollo que se deseaba para Cuba en los primeros años del siglo XX y como organización política de ciudadanos y no de súbditos.
En la expansión de las ideas republicanas en Cuba fue determinante la Revolución de las 13 colonias y el nacimiento de Estados Unidos de América como república federal y presidencialista; la Revolución Francesa y la Revolución de Haití; y después el establecimiento de las repúblicas independientes en América Latina que se adelantaron a Cuba en esos procesos por varias décadas.
Existieron en la isla proyectos constitucionales republicanos mucho antes del inicio de la Guerra de Independencia y el Ejército Libertador instauró en los territorios liberados por él desde 1868 —y sobre todo después de la proclamación de la Constitución de Guáimaro— la República de Cuba en Armas, con una copiosa legislación producida por los órganos legislativos creados por las Constituciones mambisas de 1869, 1895 y 1897.
El ideario republicano de José Martí es uno de sus legados históricos más importantes. Muchos intelectuales han argumentado, desde diversos saberes científicos, que el proyecto de república de Martí es un pendiente de la cultura cubana y una necesidad en la búsqueda del bienestar del pueblo de la isla. Bienestar en democracia, legalidad, pluralismo político y respeto por los derechos inherentes al ser humano.
El republicanismo y, por lo tanto, la república, son ganancias de la cultura y la historia de Cuba y parece absurdo no tener claridad de sus condiciones, características básicas, formas de organización y Gobierno, formas de regulación y protección.
Cuba ha tenido república beligerante desde 1869 o desde antes en los núcleos de conspiración y pensamiento que aspiraban a trascender la relació