La severa crisis económico social que experimenta Cuba, sobre todo después de la pandemia de covid-19, unido a la creciente inflación, el deterioro en la atención de salud, la escasez de medicamentos, alimentación y la emigración han acelerado el fenómeno de las personas en situación de calle.
Los términos para referirse a estos grupos vulnerabilizados han variado históricamente por el propio dinamismo del fenómeno, en dependencia del idioma, las normas culturales, las condiciones socioeconómicas, y tienen, sin dudas, connotaciones políticas.
Un artículo publicado en 2020 en el diario Granma, bajo el título En Cuba nadie quedará desprotegido, señalaba que «las personas con conducta deambulante son aquellas que andan de un lugar a otro, sin un rumbo preciso, aun cuando sea común que tengan un oficio o domicilio conocidos».
El texto añadía, que «entre ellos pueden identificarse a individuos que han tenido conductas disociales, vinculadas al uso irresponsable de alcohol; personas con problemas de vivienda, y adultos mayores carentes de amparo familiar».
En ese mismo año, las Naciones Unidas estableció la primera resolución que define el sinhogarismo. Según la ONU, «reducir la cuestión a poner un techo sobre la cabeza no tendría en cuenta la pérdida de conexión social –el sentimiento de no pertenecer a ninguna parte– y la exclusión social que experimentan las personas que viven sin hogar… Por lo tanto, dormir en la calle es solo una manifestación de la falta de vivienda, pero no necesariamente la más frecuente».
Dormir en la calle es solo una manifestación de la falta de vivienda, pero no necesariamente la más frecuente.
En dicho documento, entre otros aspectos, se reconoce la importancia de poner en práctica sistemas y medidas de protección social que aseguren «el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles». De manera que se garanticen los derechos humanos de todas las personas.
Para hacer referencia a estos grupos vulnerables, indistintamente se emplean los términos homeless, deambulantes, personas sin hogar, habitantes de calle, sin techo, indigentes. Pero no es solo el déficit de vivienda el factor determinante, estar en situación de calle se define como «una paradójica forma de inclusión social sostenida desde la marginalización, la ruptura y/o fragilidad de vínculos sociales, laborales y familiares, por las dificu