El pintor de origen cubano Julio Larraz (La Habana, 1944) cumple 80 años con envidiable vitalidad y energía y con la pasión de seguir pintando ese mundo de “soledad desconcertante” que nos rodea y que ahora se exhibe en una gran exposición en Miami.
Larraz tiene muy claro cuál es el andamiaje de un pintor como él, alejado de modas y dictados, tras más de medio siglo volcado en los pinceles: “Yo pinto lo que me da la gana”, dice riendo sobre una elección consciente y temprana en su carrera que le acarreó no pocos sinsabores y la exclusión de los círculos artísticos de moda.
Ahora, muestra de su empuje creativo a los 80 años, la galería Ascaso de Miami exhibe a partir de este jueves y hasta el 5 de julio cerca de medio centenar de obras del artista, entre pinturas, esculturas y acuarelas, la mayor parte creadas en los últimos cinco años, bajo el título ’80 Circunnavegaciones del Sol”.
La clave: vivir el aquí y el ahora
“No pienso mucho en la edad ni en el tiempo. Lo que importa es la vida del ahora y el momento; ‘el ahora mismo’, que decía el emperador Marco Aurelio. En poco tiempo la gente no sabrá quién eres; no solamente no lo sabe, sino que no le importa tampoco”, precisa con humor estoico.
Trabajador incansable en su taller de Miami, Larraz se nutre para su obra del extenso bagaje de experiencias que acumula su memoria, de libros (sigue siendo un voraz lector), principalmente de historia y biografías, y de la vuelta continua a pintores como el estadounidense Edward Hooper (1882-1967), por el que siente una admiración incondicional.
Pero a diferencia de Hooper,