Foto: Captura de pantalla
12 / mayo / 2024
Los aficionados cubanos perdieron, a finales de abril, a uno de sus referentes habituales en la Major League Baseball (MLB): el cienfueguero José «Pito» Abreu. Un toletero indomable con los White Sox y protagonista de grandes momentos en la postemporada pasada con los Astros de Houston.
No es secreto para sus seguidores que el inicialista tiene pésimos arranques en el béisbol cada temporada. Pero a mediados de la campaña el «elefante» recupera su paso y termina «aplastante» o, al menos, resulta útil en playoffs.
El año pasado, por estas fechas, me preguntaba si el cienfueguero valía los casi 60 millones de dólares, teniendo en cuenta su veteranía, 37 años, y su evidente debacle ofensiva. No solo de defensa se puede vivir en la Gran Carpa.
Cerca del inicio de la campaña 2023 en las Grandes Ligas, Pito hacía el esfuerzo de levantar su ofensiva, pero seguía estancado en el peor slump de su carrera. Todos le dimos un margen de recuperación y en la postemporada mostró una mejor versión.
En esta ocasión, no recibió mucho margen desde la directiva de los «galácticos» y lo mandaron a las Ligas Menores para que recuperara su ritmo de bateo. Eso sí, sin fecha de regreso al mejor béisbol del mundo. El cienfueguero lo asumió con vergüenza deportiva, y no esperábamos menos.
Abreu, en sus primeros 71 turnos al bate este año, solo había conectado siete imparables, con un anémico promedio de 099. El cienfueguero se fue en blanco en 18 ocasiones y los especialistas del equipo señalaron que había abanicado tarde en «casi todas las rectas».
«¿Sabes qué ha sido lo más difícil para mí? Y lo digo desde el fondo de mi corazón: me siento avergonzado. La gente de esta organización me trajo aquí para hacer un buen trabajo. No lo he hecho. Lo difícil también es que mis compañeros ven que no he hecho mi trabajo, aunque siempre me han apoyado. Siempre han